Sweet Corner Vol. 31

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Viaje alucinante

Fenómeno fascinante e indisociable respecto de cualquier trabajo estético, más enfatizado en el mundo literario y, por añadidura, en el mundo audiovisual, puesto que trabaja sobre guiones, es el del proceso que sufre la obra desde su génesis hasta su consumo por el receptor de la misma. En este camino, a veces torturado, a veces sencillo, se crea una madeja de intereses e ideas que provoca, normalmente, un resultado totalmente diferente al que en su origen proponía el autor.
Es trabajo de la hermenéutica el definir este viaje que, por lo menos a mí, me parece increíble. ¿Cómo es posible que de una idea simple y primitiva surjan multitud de críticas en ocasiones contrapuestas? Esto es lo que se conoce como la doble vida de la obra de arte. Nace de mano de su autor (en el mundo del cine tendríamos varias manos aunque siempre debe distinguirse el pulso firme del director o el guionista), comienza a dar sus primeros pasos, se va transformando, hasta que un resultado final llega al espectador para que sintetice el mensaje contenido en el film. Aquí es donde se escapa del creador, es como un hijo adolescente que de repente se hace mayor y deja el hogar, no se puede hacer nada para detenerlo, el progenitor no será capaz de proteger su legado contra el mundo o las malas interpretaciones. Efectivamente, la segunda vida se da cuando el receptor interpreta el resultado final que se le presente. Lo curioso es que estas críticas, en muchos casos, son variadas y antagónicas. Es como si la obra de arte hubiese tomado vida propia y se hubiese convertido en un ente distinto al que el creador pretendía, el padre se echa a un lado y deja que su vástago se desarrolle con independencia. Él no puede hacer nada, sólo mirar desde un rincón.
Por muy ficticio que sea el resultado siempre tiene que tener un ancla al mundo terreno, es en esta isla donde se refugia el espectador. Coloniza esa propiedad común, más o menos evidente, para plantar su bandera y hacer suyo el trabajo de los demás. El sujeto que visiona el film debe hacerse con el mismo, considerarlo de su propiedad para poder comprender la obra a través de su individualidad. Se comprende a sí mismo a través de lo que ha hecho otro. Mientras que el creador se enajena con respecto al resultado de su esfuerzo, el testigo del mismo toma el relevo y se erige como propietario de algo que no es suyo. ¿Qué es lo que sucede en este proceso? El trabajo ajeno, cargado de la subjetividad creativa del artista, se disuelve en la propia subjetividad de aquel que contempla el resultado. Pone sobre la mesa su bagaje cultural, sus prejuicios y su experiencia para hacer una nueva lectura de lo que se está narrando y ya estaba escrito. Es aquí donde se crean las facciones, las divisiones y las controversias ante la interpretación crítica del legado creativo. Ejemplo de ello se dio, por ejemplo, en la novela El otoño del patriarca del gran escritor y guionista, Gabriel García Márquez. En esta obra, la que seguía a su gran éxito Cien años de soledad, se retrata a un dirigente totalitario de un país caribeño. La crítica achacó al cuentista demasiada complacencia a la hora de tratar esta figura controvertida, llovieron los problemas y el escritor tuvo que explicar que se trataba de un trabajo prácticamente autobiográfico, de ahí el trato favorable que le dio a su protagonista. En fin, un ejemplo como otro cualquiera de los que se dan en multitud de obras.
Por lo tanto, el film se gana al espectador en una especie de diálogo que se establece entre ambos. De esta forma, el trabajo creativo se convierte en el propio interlocutor subjetivo del testigo de la misma. Para muestra los treinta últimos minutos de 2001: Una odisea en el espacio; seguro que llueven las opiniones contrapuestas.

Nacho Valdés

8 comentarios:

Unknown dijo...

Hola cariño, me ha gustado mucho tu artículo y sobre todo me han entrado muchas ganas de leer el otoño del patriarca, como sé que lo tenemos por casa creo que será el siguiente en mi lista.
Un besito.
Laura.

nacho dijo...

Te lo recomiendo, aunque de las obras de Márquez es de las más difíciles de leer. Son diferentes monólogos frente al dictador muerto con muchos cambios temporales y una narración muy oral, casi sin puntos y con párrafos enormes.
Con todo es un gran libro. Ya me contarás.

Besos.

Giorgio dijo...

En definitiva esa es la salsa del cine: la cantidad de sensaciones que un autor puede crear en cada uno de los cerebros de los espectadores ajenos.
A mí me parece hasta oportuno la crítica; siempre suscita interés que alguien valore y considere tu trabajo.
Es el objetivo del cine, que las películas se vean, se analicen y se critiquen.

Siempre desde la mirada respetuosa hacia el autor, pero con el derecho y la obligación de aquel espectador que acude al cine en busca de nuevas sensaciones.

Me gustó mucho leer tu escrito.

Abrazos.

nacho dijo...

Gracias por el comentario amigo. Por cierto, he usado en clase tu último escrito. Me había parecido muy didáctico y mis alumnas han disfrutado mucho con las fotos y el texto.

Un saludo de mi clase y abrazos de tu colega.

Giorgio dijo...

Bueno, bueno, bueno.
Me alegra mucho que uses mis escritos como material didáctico.
Tienen esa intención.
Pero he decir que has violado mis derecho de autor, así que deberás abonar la suma correspondiente a la multa.
En este caso, 0,50 € por alumno. Es decir, 2,50 €, más daños morales.
Total: una caja de puritos moods con filtro, y de 20 unidades.

Saludos del abogado de tu colega.

Anónimo dijo...

Magnífico artículo. Yo creo que cualquier obra creativa deconcierta a su creador porque muchas veces aflora su subcosciente por encima de lo que racionalemente pretendía. En cuanto a las interpretaciones del público siempre me ha jodido que la gente critique una película por el hecho de que no encaje con sus patrones ideólógicos. Un film se visiona para captar la idea del director o el guionista, no para realizar un ejercicio de autocomplacencia. Lo brillante es brillante aunque no nos guste.

Un abrazo.

Melmoth

Unknown dijo...

Como abogada de Nacho debo decir que tu artículo no está registrado, así que estáis en paz.
Un beso.
Laura.

Nacho dijo...

En fin, no quería violar moralmente a nadie y, aunque mi abogado ha saltado como un tigre, el trato de los puritos mods me parece adecuado.

Cuenta con esa cajetilla.

Abrazos.