Sweet Corner Vol. 52

|

Ventana abierta

Históricamente la imagen ha sido una manera de acercarnos a mundos lejanos y desconocidos, resulta notable el hecho de que supone una especie de vinculación con aspectos ajenos y que quizás, de otra forma, no podríamos conocer. El mensaje implícito o la intencionalidad del autor es variable, pero lo que es una realidad es que es un modo de transmisión de contenidos con un gran poder que supera al de otras formas expresivas.
En época medieval, cuando la mayor parte de la población era analfabeta, el vehículo simbólico de las construcciones oficiales era un pasaporte para que un mensaje llegase a aquellas personas que de otra forma no podrían acceder a lo que se intentaba comunicar. Frescos, esculturas, relieves y demás ornamentos eran utilizados para que se estableciese una información directa con el pueblo. Incluso la misa, acto comunal por excelencia del momento, se oficiaba en latín, por lo que difícilmente el pueblo llano podía entender algo de lo que allí se decía.
Con posterioridad, de forma progresiva, los medios expresivos apoyados en la imagen se fueron multiplicando y mejorando. Eso sí, de forma paulatina. Todo cambia con la llegada de la fotografía y, en los últimos tiempos, con un fenómeno que llama mi atención y que ya he citado con anterioridad; el de la multiplicación y democratización de los soportes utilizados para recoger y difundir la imagen. Da exactamente igual en que parte del mundo nos encontremos, son extraños los lugares en los que no existe un miserable teléfono móvil con opción de video y con una calidad de imagen paupérrima que es testigo de lo que está sucediendo. Cualquier cosa que suceda puede ser así constatada, desde la última gracia del niño, hasta la ejecución de un reo en un país lejano. Todos sin excepción nos hemos subido a este carro de la comunicación que permite que conozcamos, previo filtro de la dirigencia en este campo, lo que pasa en la otra esquina del planeta.
Es por lo tanto, una manera de acceder a todo aquello que está fuera de nuestro alcance, una excusa para hablar sobre lo que ya comienza a ser algo cotidiano, que no es otra cosa que lo que antes desconocíamos y que ahora podemos alcanzar a golpe de ratón o encendiendo el televisor. Para alguien como yo, que habitualmente utiliza este humilde espacio para hablar precisamente sobre la imagen (por supuesto desde mi punto de vista y sin ningún tipo de formación específica), supone la excusa perfecta para tratar cualquier tema que se me antoje. Sí, todo está recogido en la nueva configuración que están adquiriendo los medios audiovisuales, sólo se hace necesario el recapacitar un poco para conseguir el nexo que, pasando por lo audiovisual, me lleve a donde pretendo. Es por esto, o por lo menos es lo que creo, por lo que el llevar ya más de un año hablando desde la misma sección no me ha conducido al abandono o a la derrota. El otro día lo pensaba, fue en ese instante en el que me vino la idea para este artículo, puedo hablar de cualquier cosa que se me pase por la cabeza. Como único requisito, sin duda autoimpuesto, está el hecho de que el tono esté relacionado con el aspecto del que vengo hablando. Es por lo tanto una plataforma envidiable para decir lo que quiero y que echando la vista atrás considero que ha resultado rentable, por lo menos para mí, no sé si los que leen esta sección pueden decir lo mismo.
En resumidas cuentas, haciendo balance del último año, puesto que es más o menos lo que llevo haciendo estas entregas, puedo decir que he encontrado los resortes para tratar cualquier de asunto de manera vinculante con el mundo audiovisual. Creo que, por fortuna o desgracia para algunos, esta sección tiene todavía una larga vida por delante.

Nacho Valdés

2 comentarios:

Giorgio dijo...

El problema puede aparecer cuando el discurso es redundante.
Aunque todavía no se ha dado, creo que cada sección requiere de un tratamiento personal de aquel que la dirige.
No seré yo quien altere el rumbo de ninguna de las secciones creadas por mis colaboradores.
A pesar de todo, es lícito mutar cuando te sientes muerto.

Un abrazo grande, colaborador.

PD: Bonita fotografía.

Anónimo dijo...

Escribir semanalmente es una manera de mantenerse ágil intelectulamente y aportar algo a los que te leen. Me alegra que tu sección tenga cuerda para rato. Las impresiones de tus artículos me parecen brillantes y mueven a reflexión.
Yo he acabado algo saturado con mi sección y ahorá volveré con poesía,con relatos o con un mixto de todo. Tengo que pensarlo.

Un abrazo.

Melmoth.