THE GHOST WRITER: Narración notable con una dirección sublime

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Habida cuenta de la habilidad del cineasta para entretejer los diferentes aspectos que encierran un film, para oportunarnos con deferencia o aburrirnos de pena, más notable si cabe es el trabajo que Roman Polanski realiza en esta película.
The ghost writer es una obra de autor, que pertenece en exclusiva a este, y por ende, impregna en aquélla todo su estilo y características propias de un cineasta pequeño, pero valiente y esforzado genio.
La película, lejos de pasar a la Historia del Cine, ofrece una clase magistral de dirección cinematográfica, desde el principio hasta el final de ésta, al módico precio de 6,70 euros. Incluye pantalla grande y dolby surround.

La trama corre a cargo de un negro, interpretado por Ewan McGregor, aquel escritor mercenario que escribe lo que otros no son capaces de hacer, en este caso la biografía de un ex-primer ministro británico. Desde el inicio, Polanski arranca la historia con un punto de conflicto decisivo, que impregna toda la narración: la muerte del predecesor del nuevo negro; lluvia, un transbordador, un coche varado y vacío; un cadáver que descansa en la playa de una isla en la costa Este de Estados Unidos. Es el comienzo de un juego de mentiras y búsqueda de pistas, a través de la mirada, única y exclusiva de nuestro protagonista: el escritor, el negro.
Otro acierto de R. Polanski, el punto de vista, una buscada focalización interna, en la que espectador descansa tras la figura del escritor: solo sabemos lo que este descubre. De hecho, únicamente hay dos momentos en los que la película transcurre sin el protagonista en pantalla: al principio y al final. Ni tan siquiera un plano subjetivo de su mirada, un contraplano fuera del personaje. Todo gira en torno a él.


La película se mueve con soltura, motivada por la presencia de una banda sonora muy cercana a los primeros años del director como cineasta, tramos donde el recuerdo de Repulsión, se mezcla con The tenant, incluso más atrás en el tiempo: Cul de Sac y Cuchillo en el agua, aparecen en mi mente como pequeñas ráfagas.
Ágil y rápida, todo se mueve desde una ortodoxa realización, apenas encontramos algún "plano robado", preparado al detalle para aumentar la sensación de sobresalto, incertidumbre que prolonga hasta el final del film.
A pesar del suspense, hay un humor desgarrado, fino, que prevalece en toda la narración: ambos juegan a esconderse, a perseguirse, aumentando los momentos de tensión el primero, cesando el interés, el segundo. Cada punto de inflexión, cada giro, meticulosos y calculados, arremeten contra el hastío, y cautivan enormemente.
El conflicto entra en contacto con la narración permanentemente y con la presencia del escritor en pantalla; nada hace olvidar a éste, tan sólo recuerdan el principal punto de interés.

Ya no quiero defender al autor como pieza clave de una obra de arte, al artesano que destaca por lo que sabe hacer; tan sólo deseo que los tejedores de historias cinematográficas, puedan ejercer su derecho de presentarse al mundo como los únicos representantes del cine, porque Polanski es lo único que sabe hacer: solo cine.


Giorgio
10/05/2010

4 comentarios:

nacho dijo...

Grato regreso con una temática que es mi debilidad. Me alegra leer que Polanski sigue en forma pese a lo que está cayendo en forma de supuesta justicia.

Con respecto al artículo. Bien hilado y conducido, despierta el interés necesario sin ser demasiado partidista. Buen escrito.

En fin, espero ver el film en breve y poder dar un opinión más formada.

Abrazos.

Anónimo dijo...

Muy bien trazado el artículo, conciso, diáfano y sugerente. Sin ser de mis favoritos, Polanski siempre me ha aportado algo como espectador, aun en sus filmes menos logrados. Y se echa de menos autores con carácter que sepan alejarse del cine comercial y no caer en los clichés del cine de autor. Una perspectiva propia sin injerencias ajenas, es un buen síntoma a la hora de intentar crear arte.

Un abrazo.

P.D; deja de llamar "enano" a Polanski, que aunque lo sea, sólo mide 5 cm menos que yo.

Manuela dijo...

Hola blogeros!!!
A mi me gusto mucho la pelicula y se la recomiendo a todo el mundo.
Quiero aprovechar para comentar la traducción del titulo: "The ghost writer" no es escritor sino lo que en español conocemos como "negro". Así que al llamar a la peli en español "El escritor", no se mantiene el significado...
Cada vez tengo más claro que no se debería traducir nada, se pierden matices e intenciones del autor...

Besos,
Manuela

Nacho dijo...

Estoy de acuerdo con Manuela, en la mayoría de las ocasiones tanto el título como la adaptación al castellano es infame.

Más VO.

Besos.