Sweet Corner Vol. 66

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La cultura popular

A pesar de su errática carrera cinematográfica, no se puede negar que el cineasta español Óscar Aribar está dotado de, al menos, una innata capacidad de sorprender con sus proyectos. No son demasiados los films que ha sido capaz de llevar a buen término en los últimos quince años, pero todos ellos tienen una especie de sello personal que hacen de este realizador un sujeto inclasificable en el mundo del cine patrio; lo que por sí solo ya es digno de mención.
Llegué al conocimiento de este creador a través de la música, pues en su ópera prima actuaba el grandísimo Iggy Pop. Como todo lo que hace este artista es para mí sagrado, decidí hacerme, no sin grandes dificultades, con la película Atolladero. Ésta, sin ser ninguna maravilla, suponía, por lo menos, un soplo de aíre fresco dentro de las encorsetadas y previsibles producciones españolas. Después vendrían la interesante Platillos volantes y la olvidable La máquina de bailar, todas ellas firmadas a nivel literario por el propio Aribar.
Por lo visto hasta el momento no es que este poco prolífico autor tenga unos trabajos superlativos, pero lo que sí tiene es la capacidad de abordar proyectos que resultan, cuando menos, extraños para el panorama actual en este país. Eso es lo que sucede con su último trabajo, el cual escribe y que aborda la biografía del enorme historietista español Manuel Vázquez Gallego o, también conocido como el tío Vázquez o, asimismo reconocible por ser el autor de Anacleto agente secreto, Las hermanas Gilda o La familia Cebolleta. Éste historietista, que vivió entre 1930 y 1995, presenta unos rasgos fascinantes para cualquier biografía que se precie. Para empezar era de filiación y orientación anarquista, de una manera laxa, pues en caso contrario, el régimen franquista hubiese dado buena cuenta de él. Entre sus habilidades destacadas, además de la ilustración y guión de cómics, o más bien tebeos tal y como se llamaban en la época, estaba la del sablazo profesional. Quizás sus delirantes historietas estuviesen espoleadas por su ingente creatividad entrenada en el noble arte de sacar pasta a amigos, compañeros y familiares. Como no podía ser de otra manera, el alcoholismo, el juego y las mujeres estuvieron presentes a lo largo de toda su vida; el dato curioso se encuentra en que formó varias familias de las que salieron nada más y nada menos que once hijos (creo que no todos reconocidos). Son estos ingredientes más que suficientes para la creación de un film biográfico del más alto nivel; por un lado la creatividad artística de este genio vinculado a la cantera de la editorial Bruguera y, por otro lado, los vaivenes vitales que añaden la nota exótica a una vida de los más bohemia y vagabunda.
Lo que quiero destacar por encima de todo, además de mi más profunda admiración a la figura de este creador, es la falta de redaños de la industria cinematográfica española para respaldar a nuestra denostada cultura popular. Todo lo que no sea alta literatura, pintura o escultura parece destinado al olvido y a quedar relegado a mera curiosidad. Únicamente parecen tener cabida enormes producciones, al estilo de Lope, en las que se calcan los aspectos formales del cine de Hollywood. Y en esta ocasión, como en muchas otras, en temas cinematográficos, son los americanos los que tienen algo que enseñarnos. Un pueblo que no duda en ensalzar sus figuras populares a la posición de mitos. Nosotros, en lugar de avergonzarnos, quizás deberíamos fijarnos en este modelo y sacar de las catacumbas muchos aspectos nacionales que los típicos “culturetas” intentar ocultar por ser considerados menores. A ver si somos capaces de colocar a nuestros creadores populares en el lugar que les corresponde.

Nacho Valdés

3 comentarios:

Giorgio dijo...

Al desconocer a los personajes de tu artículo, creo me incluyo en esa lista de "inculturetas", hecho que me ha provocado, además de repelús, enorme curiosidad por el citado cineasta.

Saludos.

Nacho dijo...

Me alegra tu retorno a este nuestro humilde blog. Espero con ganas esos escritos por rematar que tenías en el tintero.

Abrazos.

Anónimo dijo...

Lo mismo que Jorge desconocia a este creador. Ando un poco perdido
con lo de las creaciones populares, por lo que agradezco que traigas al blog este tipo de articulos.

Un placer leerte.

Abrazos.