War Photographer: JAMES NACHTWEY

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"Cada minuto que estaba allí, quería escapar. No quería ver esto. Ante mi, la dualidad: cortar y correr, o tratar con la responsabilidad de estar allí con una cámara " (James Nachtwey)

Posiblemente todos apagaríamos la cámara, y saldríamos huyendo, corriendo despavoridos, desapareciendo de uno de esos lugares donde las personas se matan entre sí. Posiblemente así sería. Seguro que es así. Por alguna razón, es grato saber que existen profesionales, personas, con los principios éticos y morales de James Nachtwey. Impasible, inmutable ante los hechos, participando de ellos como un observador, y a la vez como protagonista del acto fotográfico. Asumiendo la responsabilidad que conlleva cada disparo, cada pulsación del botón que activa los engranajes de su cámara fotográfica.
Ese 1/125 de segundo que congela una porción de realidad. De cruda realidad.

WAR PHOTOGRAPHER es un documental que relata la actividad profesional del fotógrafo de guerra, encarnado en la figura de James Nachtwey.
Técnicamente, el documental se rodó con varias cámaras, incluyendo una minicámara instalada cerca del botón de disparo de la cámara de Nachtwey, lo que otorga un realismo feroz, y nos acerca aun mas la mirada del fotógrafo al espectador.

El recorrido alberga multitud de conflictos, situándonos inicialmente en las ruinas de la ciudad de Kosovo. El terror de las familias kosovares al levantar las fosas comunes, desgarra por completo el interior de cada fotografía: cuerpo y alma pasando por la mirada del fotógrafo. Tanto las fotografías como el documental respiran un respeto por las personas, por su dolor, respeto que es perpetrado multitud de veces en nuestra sociedad occidental. Es imprescindible para poder acercarte y retratar el dolor, su dolor, al que tu eres un ajeno e invitado de excepción.

Desde la franja de Gaza, pasando por los arrabales de Indonesia, donde las personas viven entre las vías de los trenes, sin más cobijo que unos cuantos cartones, hasta las minas de sulfuro, donde el aire se hace irrespirable, o en su estudio en New York, el semblante de Nachtwey permanece igual. Su templanza, su responsabilidad, da miedo.
Eso le hace grande, le hace fuerte, pero le llena de miedos, de miedos y de hielo. Hielo que hace que su sangre no fluya como en los demás, que le prepara para fotografiar aquello que debe fotografiarse, que le permite obrar con toda la cautela y la paciencia que la situación merezca.

Por todo ello, el documental merece la pena. Debería verse en todas las escuelas donde se eduque en ética y moral, donde se enseñe imagen y sonido, donde se quiera inculcar unos valores que se han perdido.
Nachtwey pertenece a una raza diferente de ser humano. Aquélla que hacía gala de su honor, que confiaba sus actos a sus principios éticos y morales, respetando sobre todo la responsabilidad inherente a la actividad profesional que aquella gente desempeñaba.

Lo demás, está en la pantalla.



Giorgio
18/02/2009



Fuente: Youtube

2 comentarios:

Nacho dijo...

Este es un tema que me interesa mucho desde hace tiempo. ¿Cómo puede una persona estar impasible ante el dolor ajeno? ¿Cómo se puede disparar una cámara mientras alguien agoniza frente a tí?

Supongo que la respuesta es complicada. Por un lado, este tipo de profesionales denuncían con su trabajo ciertas situaciones que de otra manera no conoceríamos; aunque también es cierto que hay que estar hecho de una pasta extraña para mantenerte impasible ante la desgracia ajena.

En fin, en mi mano no está la respuesta. Lo mejor sería discutirlo con amigos inteligentes frente a unas copas.

Abrazos.

Giorgio dijo...

Me alegro que os guste el texto, pero me alegrará mas cuando veáis la película, porque seguro que os impresionará.
Es increíble la profesionalidad de este fotógrafo, pero es mas impactante su calidad humana.
Ya sabéis, lo demás está en la pantalla.
Cuando nos veamos os la pasaré.
Saludos.