Sweet Corner Vol. 45
Avatares históricos
La multiplicación de voces, aunque parezca mentira (de esto precisamente quiero hablar), no siempre enriquece mediante la confrontación y el diálogo. Estamos, creo haberlo dicho en múltiples ocasiones, en época de crisis, en un triste momento de descomposición que no sé a dónde nos va a llevar. Puede parecer tremendista, agitador, o simplemente estúpido, pero lo que está claro es que nuestra organización social actual no va a durar para siempre.
Como ejemplo de lo que está sucediendo, me gustaría trasladar al lector a la Atenas de finales del siglo V a. C., justo en el momento previo a que Filipo de Macedonia invadiese la zona y desapareciese la organización política sustentada por la polis. Estos señores que vivían ese período, que consiguieron expulsar a Medos y Persas, que dominaban el Mediterráneo y que lucharon contra la oligarquía espartana, se vieron sorprendidos por una región considerada bárbara a la que tenían en consideración residual. Pues en esa época, unos agitadores se aprovecharon de la situación e hicieron fortuna ante este panorama de descomposición. Los sofistas, primeros maestros de la historia, ante la libertad democrática en tribunales y temas políticos, decidieron instruir, a quién pagase, en las artes de confundir al adversario y lograr el triunfo y prestigio social. El relativismo y el escepticismo eran la moneda de cambio, no había un paradigma imperante y únicamente las artimañas y puntos de vista personales eran válidos para lograr los objetivos. La traducción sería algo así como: “Todo vale si está destinado a la consecución del beneficio personal”.
Esta forma de actuar ha sido una constante a lo largo de la historia de la humanidad, en épocas de crisis siempre hay alguno que cambia, o al menos lo intenta, el panorama vigente y, si es posible, inclina la balanza hacia sus posiciones. Lo primero, evidentemente, es poner en duda el modelo anterior, convencer al resto de que se está en posesión de la verdad y, siempre que sea posible, ocupar el espacio dejado por la anterior interpretación de la realidad. En algunos casos estos cambios han sido positivos, en otros nefastos, pero lo que es universal, es que ninguno de los metidos en este devenir dialéctico sabía, con seguridad, hacia dónde le llevaría la situación en la que se veían insertos.
Siguiendo el razonamiento anterior, creo que esto es lo que está sucediendo en el horizonte audiovisual contemporáneo. Se han multiplicado las posibilidades técnicas, se ha reproducido la oferta y la audiencia tiene su púlpito particular al que acudir. El problema de este asunto, además de la evidente mediocridad de lo ofrecido, es que se vuelve al relativismo y escepticismo que tanto daño hace en algunos casos. No es que defienda que la discusión de los paradigmas vigentes sea negativa, lo que considero es que la utilización del momento actual para el aprovechamiento personal en base a la ignorancia ajena es problemático. Desde múltiples ángulos se bombardea el modelo vigente, a todas luces pendiente de renovación, para lograr las ambiciones personales de ciertos grupos de presión. La cuestión es que todo esto se empaqueta en ciertos formatos como cine, marketing o televisión y adquiere un caché especial que provoca el deslumbramiento del ignorante. Esta es la cuestión, el ámbito audiovisual se ha convertido en fuente de verdad; aunque la pregunta principal es: ¿De qué verdad?
Nacho Valdés
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4 comentarios:
La única VERDAD es la VERDAD, e inclusive esa puede ser MENTIRA. Inteligente lectura de nuestro dia a dia o, mas bien, de nuestro siglo en siglo.
SALUDOS
El poder de convicción que posee una imagen audiovisual, supera cualquier disciplina, orador, incluso si aquélla es una burda mentira.
Es posible que la efímera tecnología propicie la cadencia masiva de imágenes.
Lo que es seguro, es que el valor de éstas, sólo dependerá del espectador.
Un abrazo.
la "libertad" sin cultura ni criterio es borreguismo. Lo primero es superable, pero lo segundo es más bien innato. A más opciones más indecisión.
Me gustan tus referentes clásicos y tu noción circular de la historia, que comparto en buena medida.
Abrazos.
Melmoth
Es tarde, llego de una fiesta y quizás no es el mejor momento para escribir una opinión...¿o sí?
Pero el caso es que no había leído tu artículo hasta ahora, así que es el único momento para opinar porque mañana, esperemos, será otro día.
Entiendo, comparto y suscribo todo lo que dices, pero no estoy seguro de lo que quieres decir. La cuestión relevante sería quiénes (grupos, intereses, confesiones o ideologías) se tendrían que dar por aludidos.
Es lo que tienen las verdades eternas, que no pueden ser puestas en cuestión nunca, salvo que las refieras a algo concreto, personas, modos, formas de pensar, grupos de presion, lobbys, modas, ignorancia, extremada sapiencia, et al. En el momento en que hagas eso, ten por seguro que encontrarás siempre quien te lleve la contraria.
Volvamos la vista a lo más sencillo y por lo tanto más probable: sobreviven las formas más adaptadas a las circunstancias (de vida, de opinión, de organización, de opinión, etc.).
Creo que aun no nos hemos percatado del todo de todo lo que implican las simples observaciones de Darwin.
Y eso, mañana será otro día, y negaré haber escrito esto.
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