"Fotografiad, fotografiad, pero nunca mintáis" A. Rodchenko.
Tras la incipiente victoria bolchevique en aquella Revolución de Octubre, que proporcionaba ventaja al pueblo en el gobierno de sus futuros intereses, emergía una nueva clase que diseñaría los designios soviéticos durante muchos años: la obrera.
El socialismo propugnado por K.Marx y su lucha de clases, se convirtió en paradigma de una época en la que Lenin trataba de tomar el control de un país con una economía extremadamente agrícola y una sociedad precaria.
El constructivismo vino después, en la época postrevolucionaria, para advertir un carácter utilitarista al arte moderno, promulgando las glorias del socialismo, separando el arte "puro" del arte que se utiliza como instrumento para propósitos sociales. Es aquí donde emerge la figura Alexander Rodchenko como precursor y mentor del constructivismo soviético.
La polifacética carrera artística de este autor, nos invita a reflexionar sobre la actividad bulliciosa y ambigua que los artistas de la época consumaban en obras sobre soportes muy variopintos. Pintor, diseñador, poeta quizás y fotógrafo, A. Rodchenko se rebela contra todo pronóstico y asume la convicción firme de trasgresor, transformando el lenguaje narrativo de cada disciplina artística que cultiva. En fotografía, no podría hacer de menos.
En apariencia, sus fotografías retratan la cotidianidad de la sociedad soviética, realzando los aspectos modernos, la exaltación de la multitud y de la gente de a pié, sus actividades, sus calles, y de éstas su arquitectura, colosal, significativa de la modernidad de la que hacía gala el nuevo gobierno.
Lo nuevo, lo extraño, se sucede desde el momento en el que posiciona su cámara. Es aquí, en la extrañeza, donde mejor maneja los elementos, nuevos y distantes de la tradición fotográfica del momento, pictorialista y enconada en un estatismo que, A. Rodchenko decide destruir a golpe de encuadre vivo y violento. Variadas muestras constatan la transgresión.
Sobre la calle Mateo Inurria número 3, en Madrid, se asienta una exposición que da buena muestra de las múltiples aptitudes que concurren en torno a la personalidad de Alexander Rodchenko, concentrando nuestra atención en la fotografía como disciplina artística.
De toda la obra que se presenta en las salas de la Fundación Canal, albergan en ella manifiestos e impresiones escritos por las paredes desnudas de fotografías, las que menos en realidad, aunque sin duda llamativos.
Distribuidas por diferentes espacios, bien diferenciados, referidos a temáticas distintas, las fotografías desvelan la pasión artística de este fotógrafo que siempre muestra lo que acontece, sin despistar; movimiento, puntos de vista, infancia, retratos, modernidad o composición, de cada una de las áreas recogemos puntos de inflexión en el camino de la Historia de la Fotografía, giros que suponen provocación y descaro, pero también precursor elegante de novedades modernas.
Selecciono de tantas y para finalizar, una fotografía sublime, descarada y moderna, pese a que la fecha de realización de la misma se sitúa en los años treinta de 1900, admirable en el uso del encuadre y la composición: el punto de vista no siempre debe estar a la altura de nuestra mirada.
Giorgio
11/12/2009
2 comentarios:
A pesar de estar tremendamente politizado, la creación estética de los regímenes totalitaristas siempre me ha resultado sumamente atractiva.
Para muestra un botón: el trabajo propagandístico que se realizaba en la creación de carteles. ¡Apasionante!
Besos
Vaya numeritos que montaban en la Plaza Roja. A lo mejor este hombre es la versión rusa de Leni Riefenstahl, en cuanto a servir de propaganda al régimen y a colocar la cámara en sitios poco comunes y con brillantez. Interesante las fotos por su heterodoxia y significado.
Abrazos.
Melmoth.
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