ÁNGELES DEL UNIVERSO; “la clarividencia del loco”
de Friorik Thor Frioriksson
La sutil barrera, si es que existe, entre la cordura y la demencia muchas veces se rompe en unos instantes. Tampoco sería de extrañar que estuviéramos constantemente cruzándola sin saberlo. Siendo la condición humana tan frágil, cierta inestabilidad emocional y un par de golpes mal encajados nos pueden mandar en cualquier momento al otro lado, es decir, al de los dementes “oficiales”. El director islandés Friorik Thor Frioriksson, partiendo de la acertada premisa de que todos padecemos algún tipo de trastorno en mayor o menor grado, y que es cuestión de suerte o de adaptación no acabar meando fuera del tiesto, logra en “Ángeles del Universo” involucrarnos en el dramático proceso que conlleva el tránsito del mudo exterior al manicomio.
De ritmo fácil, esta coproducción escandinava, a partir de unos originales diálogos que incitan a la reflexión, traza la trayectoria de los seres que a pesar de haber llevado una existencia acorde a la normalidad, terminan sucumbiendo ante sus propios abismos , incapaces de encontrar algo válido sobre lo que equilibrar su vida. Las charlas entre “locos” que salpican toda la película, provocan que nos planteemos, sin ánimo de efectismo ni demagogia, si realmente la clarividencia es más asidua de los manicomios que de nuestro hábitat diario. ¿Es la locura en esta vida una evidencia de desdén hacia el mundo y por lo tanto una demostración de progreso espiritual?. ¿Por qué esconderse entre la masa es sinónimo de estar mentalmente sano?. Cuestiones de esta índole son las que nos plantea “Ángeles del Universo”.
Friorik Thor Frioriksson, elabora un trabajo brillante, haciendo uso de una planificación independiente, fiel reflejo de los estados mentales de sus protagonistas. Capaz de mover emociones y provocar todo una gama cromática de sentimientos, los personajes principales, a pesar de sus arrebatos, rozan la pureza de los que han roto los frágiles hilos que les hacían pender sobre la tierra, y ya no saben si pertenecen a esta vida o a la siguiente.
Entre los elementos fílmicos menos conseguidos podemos citar un uso recurrente de la música y una fotografía plana, demasiado “limpia” y poco contrastada, lo que resta carácter al argumento, pero lo hace más accesible y vistoso para el público en general. Como nota curiosa, decir que esta producción ha sido calificada como la versión islandesa de “Alguien Voló Sobre el Nido del Cuco” . Nada más lejos de la realidad, a mi modo de ver, no hay una censura directa a las instituciones sanitarias. El film del director islandés no es otra cosa que una bella metáfora sobre los ángeles que deambulan extraviados por nuestra realidad, con las alas cortadas, y que provocan recelo y lástima en el común de los mortales.
Melmoth.
29/01/2010
2 comentarios:
Varios elementos me vienen a la cabeza a cuenta de tu esmerado artículo.
El primero, el la experiencia de Radio Colifata en Argentina, que llevan adelante enfermos mentales y que tuve ocasión de ver en el programa de Jesús Quintero. En esta experiencia piloto la lucidez de los enfermos mentales era patente y evidente.
Por otro lado, tuve la amarga experiencia de visitar un psiquiátrico para ver a un conocido con problemas. En este caso la visita me pareció de lo más amarga y no vislumbre nada positivo.
En definitiva, creo que el lenguaje audiovisual juega con esta ambivalencia, pero la cruda realidad es mucho más peliaguda de lo que nos plasma la pantalla.
Abrazos y bravo por el escrito.
Me planteo lo mismo que indicas en el artículo. El hecho de ocultarse tras la rutina y el ritmo alto de la vida de la ciudad, nos lleva a referirnos a nosotros mismos y a nuestros iguales, como normales.
Es curioso el planteamiento de la película.
Me resultará didáctico su visionado
Un saludo
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