Sweet Corner Vol. 9
Cuestión de genética
No sé por qué el talento está tan mal repartido, lo normal es que brille por su ausencia en la industria cinematográfica, salvando honrosas excepciones, pero hay casos en los que los astros se alinean para alumbrar a genios. Esto es lo que sucedió cuando nacieron los hermanos Coen, dos tipos que llevan veinticinco años haciendo películas con un pulso narrativo y un sentido literario impresionante. Joel como director, con ayuda de Ethan en el trabajo de guión, forman uno de los tándems más fructíferos y talentosos del cine actual.
Los dos beben del cine de autor y desarrollaron su carrera al margen de los grandes estudios americanos, ellos fueron los que impulsaron y mostraron que el cine independiente puede hacerse un hueco no sólo en la crítica, sino en la taquilla. Consiguiendo un estilo propio, un carácter y un sello personal que ha conseguido hacerme disfrutar de buen cine desde hace un buen puñado de años. Ha habido momentos en los que incluso estaba deseoso del siguiente estreno, sólo en un par de ocasiones he salido defraudado, el resto de ocasiones han conseguido trasladarme jugando con mi imaginación y manteniéndome atado a la butaca.
Comenzaron su andadura con un trabajo de género, una de sus especialidades, con la desconocida e infravalorada Sangre Fácil. Fue en esta película donde su musa Frances McDormand comenzó su andadura junto a los Coen. Se trata de un film oscuro, serio y comprometido con la historia que se pretende narrar. Cuenta una historia de detectives, celos, asesinatos y dinero; la diferencia fundamental con el cine detectivesco clásico es que la acción transcurre en el ámbito rural y no en una gran ciudad como Los Ángeles o New York. Se trata, desde mi punto de vista, de uno de los mejores debuts de la historia de la gran pantalla.
Después vendría la interesante Arizona Baby, una comedia alocada en la que una policía y un ladrón de poca monta luchan por la paternidad. Ante la imposibilidad de tener hijos decidirán raptar a uno de los quintillizos de un ricachón de la zona, a partir de este punto se producirá una alocada carrera por conseguir huir o recuperar al bebé, dependiendo del punto de vista. Se trata de una original Road Movie en la que la música, el montaje vertiginoso y el trabajo de los actores se convertirán en fundamentales para darle ritmo a este cóctel que toma diferentes elementos para dar forma al resultado final.
El 1990 llegará uno de los trabajos mayores de los Coen, Muerte entre las flores. Con esta enorme película consiguen revalorizar el cine negro clásico, uniéndose al tándem otro de los actores fetiches de esta pareja de hermanos, el grandísimo John Turturro. Esta historia, complicada, cruel y difícil de seguir en un solo visionado juega con los elementos clásicos del cine de gansters para, dándole una vuelta de tuerca, lograr poner en la picota este tipo de historias que parecían abocadas a la desaparición. Además del trabajo de dirección, del buen papel desempeñado por los actores me gustaría destacar el increíble guión que desarrollan estos dos hermanos. Consiguen un relato sólido, enrevesado y plagado de efectos que provocan que el espectador esté atento cada segundo de metraje.
Dando un salto de dos películas, las únicas que no he visto, llegamos al año 1996 y nos encontramos con la imprescindible Fargo. De vuelta al género policiaco, esta vez en un Estados Unidos bucólico por el paisaje y rural por los personajes, los Coen logran el que ha sido para mí uno de los mejores films de los últimos años. Los actores, empezando por McDormand, pasando por William H. Macy y terminando por el inigualable Steve Buscemi hacen de la película un ejemplo de interpretación y de cómo hacer de un buen guión algo por encima de la convencionalidad del mundo del cine. En este nuevo ejercicio de género, una de las particularidades es el papel que desempeña el paisaje eternamente blanco e inmenso, una zona campestre azotada por el crudo invierno y por la que deambulan personajes sórdidos y convencionales, donde se desarrolla el relato de un secuestro frustrado cuajado de muerte y humor negro.
Dos años después estrenarían la comedia entre las comedias, una de estas películas capaz marcar a toda una generación creando lugares comunes que son reconocidos por toda una legión de seguidores. Los Coen, que se mantienen firmes independientemente del terreno en el que tengan que trabajar, se pasan en este caso a la comedia con tonos detectivescos. El gran Leboski es una farsa, una crítica social en la que los Coen no dejan títere con cabeza, arremeten contra el sistema occidental, contra nuestros modelos de vida y contra los ídolos sociales disfrazados de grandes magnates. En este film el antihéroe elegido para sacar adelante la historia es El Nota, encarnado por un increíble Jeff Bridges y secundado por John Goodman y Steve Buscemi. Este fumeta es confundido con un ricachón y este equívoco será el detonante para situaciones hilarantes de todo tipo. Nada mejor que ver esta película para saber de qué estoy hablando.
Dando otro salto temporal y prescindiendo de la notable El hombre que nunca estuvo allí, llegamos a las únicas decepciones que me han deparado estos hermanos. Crueldad intolerable y Ladykillers, suponen para mi gusto los únicos fiascos en los que estos creadores han caído. La primera fui a verla al cine ilusionado y salí totalmente defraudado, no esperaba una comedia romántica al más puro estilo Hollywood; es decir, estúpida y totalmente vacía de contenido. Ladykillers la vi sin ningún interés por televisión, otro naufragio que con la excusa del remake no provoca nada más que añoranza de film original.
Tras esta travesía por el desierto, el año pasado decidí volver a darles un voto de confianza. La crítica y las imágenes que había visto me empujaron a ver No country for old men. Después de un lapso sin ver algo realmente interesante, volví a sentir la sensación increíble de estar en el cine disfrutando enormemente con lo que estaba viendo. En este caso todo el plantel está sensacional, el pulso narrativo es impecable y la estética insuperable. No podría quedarme con ninguno de los tres protagonistas, todos dan la nota adecuada y ninguno desentona en una obra maestra que yo sitúo en los altares del séptimo arte. Todo, incluida la fotografía, está cuidado al detalle para dejarnos un western fronterizo moderno en el que casi se llega al nivel de la novela homónima. Secuencias como la persecución del protagonista por un perro en un río me parece insuperable, éste es uno de esos momentos que te cortan la respiración dejándote hundido en la butaca.
En los últimos tiempos han vuelta a la comedia, en este caso con la excusa del espionaje. Quemar después de leer, de la que únicamente vi la primera mitad (me la puse a altas horas de la madrugada y me quedé dormido), pinta estupendamente y tanto crítica como público han secundado esta película. Terminaré de verla y estoy seguro que disfrutaré de este último trabajo de estos grandísimos creadores.
No sé si el genio se reparte de alguna manera, si la genética influye o si todo es una cuestión de azar, pero de lo que sí estoy seguro es de que los padres de los Coen consiguieron uno de los equipos creativos más contundentes, originales y personales de los últimos quince años. No sé si fueron felices o infelices en su infancia, si fueron buenos o malos chicos, aunque de lo que sí tengo la certeza es que la unión de sus padres ha supuesto una de las mejores casualidades de la historia del cine reciente.
Nacho Valdés
MANDA BALA: Corrupción, armas y sangre en la vida real
Últimamente todo el cine que me llega desde Brasil, en forma de ficción o de documental, es de una calidad muy alta. Siempre construyen historias que conocen muy bien, desde las entrañas de su sociedad, oscura y mezquina, en la que conviven la calaña más inmunda con los ricos nauseabundos, herederos de un dinero obtenido tras inmensas campañas de corrupción; saben de lo que hablan, porque viven con ello todos los días.
Ejemplos de este cine son Tropa de élite, Linha de passe, Estómago o la que lleva por título el artículo de hoy.
MANDA BALA narra fielmente un escándalo de corrupción perpetrado por el congresista brasileño Jader Barbalho, que nunca se pudo probar, pero que la oscura sombra de sus delitos, permanecen hoy día en la ciudad de Sao Paulo.
Veinte millones de personas completan el entramado social de la ciudad, donde se convive con un secuestro al día, con violencia, con la incapacidad policial que asola duramente la vida diaria; corrupción en estado puro, que afecta a todos los diferentes grupos sociales, que conforman un puzzle de vidas ausentes de la realidad.
Los secuestros demuestran una herida en la estructura de la sociedad brasileña, por donde se desangran miles y miles de dólares, y se destrozan sicológicamente, cientos y cientos de seres humanos, que quedan despedazados, desprendidos de toda ilusión; a esto se añade, las numerosas amputaciones físicas que sufren los cautivos, a través de las cuales, los secuestradores comunican a la familia lo que son capaces de hacer por dinero: un lóbulo de una oreja, tres falanges, quizás la oreja entera arrancada a mordiscos.
Ante esto, el cuerpo de policía que se ocupa de afrontar los secuestros, una división específica llamada D.A.S., tan sólo cuenta con una total de ochenta y dos policías, cifra ridícula teniendo en cuenta el número de secuestros que se producen diariamente.
La paradoja llega por fin a estas líneas; de la mierda y la miseria siempre hay alguien que hace negocio, por eso las empresas de seguridad emergen como una muralla y sus demoledoras cifras de ingresos son espectaculares. Un dato lo dice todo, y es que Sao Paulo es la ciudad con la flota de helicópteros privada más grande del mundo; es lógico, teniendo en cuenta que el lugar más seguro de la ciudad, está encima de ella: en el aire.
De toda la historia, asombra el grado de sadismo del secuestro, cuyas imágenes se presentan de manera limpia, hilvanando el hilo conductor de la narración fílmica. Partiendo de lo particular, un hecho escalofriante, pero curiosamente rutinario y diario, la película se adentra poco a poco en el problema de la corrupción política; el hedor humano que desprende el film, se muestra ciertamente escenificado a través de la comparación de nuestro comportamiento con el de las ranas: éstas, cuando no tienen nada con que alimentarse, practican el canibalismo con sus semejantes, aunque comienzan a devorar a los suyos de cara, por la cabeza.
Ni siquiera en eso, somos elegantes, ya que nuestros golpes, mortales de necesidad, ocurren por la espalda, y de noche, para ocultar mejor nuestro pérfido rostro.
Sin ninguna razón, el congresista Jader Barbalho decidió blanquear un dinero destinado a reflotar la Amazonia del norte, región que vive en la pobreza total, en un criadero de ranas, como podría haber elegido cualquier cosa.
Las armas, su violencia, sus consecuencias definitivas, mantienen económicamente a multitud de bastardos que amenazan la convivencia humana, la naturaleza, y lo que es peor, nuestra continuidad vital, a costa de un lucro sin fin que flota en sangre.
Giorgio
27/04/2009
Fuente: Youtube
FROZEN RIVER: Supervivencia femenina en la frontera del hielo
Atravesando un paisaje helado, FROZEN RIVER desgarra la piel del observante espectador a golpes de gélido invierno, dramático en sus continuas y agitadas rachas de frío que permanecen constantes a lo largo de toda la película.
Ya desde el inicio, con ese brillante movimiento de cámara desde los pies manchados por tatuajes de juventud, hasta la cara de la protagonista, el film deja entrever todo lo que ocurre en ese frío territorio, cerca de la frontera con Canadá; en la mitad de todo, emerge del hielo la tierra de los Mohawks, indios ajenos a las jurisdicciones americanas y canadienses, que se posicionan en medio de ambos colosos.
Paradójicamente, los Mohawks circundan vigilantes sus tierras vecinas, y el río helado que parte su tierra en dos mitades, se eleva como testigo mudo, como un impenetrable camino hacia ambos lados de las fronteras. Desde aquí, hacia allá, de una lado a otro, los contrabandistas extraen ganancias del tránsito ilegal de mercancías, emplazados en terreno Mohawk, donde la policía indígena ejerce su ley, al márgen del status quo.
Dos mujeres se erigen como protagonistas de la narración, alejadas de sus figuras masculinas, despechadas de por sí, mantienen un duelo de vida, por sus propias vidas; india y blanca se encuentran apelmazadas en un territorio hostil, que las une por sobrevivir a ambos lados de la frontera. La blanca, abandonada por su marido, trata de mantener con vida a sus hijos, acercándolos, sin que nada les pase factura; la india, fue despojada de su propio hijo, hace ya un tiempo, cuando su marido aún vivía.
Sus penurias son diferentes, su piel es distinta; la unión se hace a través del esfuerzo de ambas por salir adelante, por separado aunque traficando juntas. Sirven de correos a los contrabandistas, se lucran para sobrevivir, no obstante desafían sus principios, apartan sus mejores deseos, en su lucha diaria.
Cuando las mercancías son personas la cosa se complica, se dificultan los viajes porque arriesgas aún más tu propia ética; el dinero mantiene caliente las casas prefabricadas en donde habitan, pero la suciedad de aquél, desmerece todo lo que se consigue con ello.
Luego descubres la realidad, y te sacude violentamente, te ataca en el lugar más débil, te estremece pensar que formas parte de esto.
El atractivo de la película no sólo reside en esta lucha; los paisajes nevados, largas llanuras flanqueadas de árboles, dan un respiro a toda la actividad nocturna que se desarrolla en el ellas.
El color blanco e inmaculado de la nieve, contrasta con todo lo que realmente se esconde detrás; un afortunado símil de la raza blanca, de nosotros mismos.
Quizás, la ilusión del hijo pequeño de la protagonista, se despierta cada mañana, y se representa igualmente en los momentos de luz solar, que aparece en contadas ocasiones, para ofrecernos con su brillo una muestra más, del espectacular contexto blanco.
Sólo una madre sabe lo que significa que hagan daño a un hijo, pensar en perderlo es una catástrofe vital, de la que no se podrán separar jamás; la vida nace del vientre de una mujer, pero la fuerza que desprende ésta tras el parto, se disipa a lo largo de la vida en el universo del hombre. Tan sólo al final, en el lecho de muerte, la virtud femenina se recupera hasta alcanzar un eco universal. No es por tanto desdeñable las acciones de estas dos mujeres por sobrevivir, por tratar de surgir día a día, en el devenir de su historia.
Giorgio
20/04/2009
Fuente: Youtube
Sweet Corner Vol. 8
Mensajes
¿Qué nos estará intentando comunicar una industria como la de Hollywood? ¿Qué clave se oculta tras sus estrenos mundiales? Estas cuestiones se refieren a esos cientos de trabajos anuales que inundan la cartelera todas las semanas con trabajos rutinarios y plagados de convencionalismos, no a esa minoría en la que prima la calidad o, por lo menos, algo de intencionalidad. En el resto de producciones se puede constatar que no existe comunicación, que no hay nada tras la aparatosidad de las toneladas de explosivos o el relumbrón de los protagonistas.
A mi entender, existen varias claves que permiten hacer un guión de este estilo. En primer lugar, es necesario contar con el respaldo de la industria, esto es una obviedad. Está al alcance de pocos el poder utilizar fastuosos decorados, miles de extras y las más aclamadas estrellas de la gran pantalla. Si a eso le sumas cientos de técnicos especialistas en su campo, cantidades ingentes de herramientas a tu disposición y unos cuantos directores machacas a los que dando una llamada los tienes trabajando de sol a sol, tienes la mitad del camino recorrido. Sólo falta una cosa: un poco menos de caradura y algo de talento.
Una vez satisfechos los elementos técnicos sólo queda una cosa por hacer: escribir un guión para en lugar de utilizar la capacidad creativa, usar toda la parafernalia a disposición del escritor. Existen varios modelos de producción a los que el guionista puede prestar sus servicios.
Uno de los que menos me gusta es el de la comedia romántica. Para elaborar este tipo de películas es imprescindible, y esto es inexcusable, contar con una tía maciza e hiperconocida y con un cachas guaperas con abdominales perfectos (el tema interpretativo es relativo, si son guapos ya está la mitad del pescado vendido). Las situaciones en las que se pueden colocar a los dos protagonistas son escasas dada la limitada capacidad del público para enfrentarse con nuevas situaciones. La más socorrida es la de la titi que sufre cantidad de peripecias, aparentemente jocosas, con el antagónico protagonista masculino. Lo aparentemente divertido de este planteamiento son las situaciones entre, por ejemplo, la chica triunfadora de ciudad que vuelve a su pueblo para una boda, y el cateto yanqui que se dedica a la ganadería. En un principio la cosa estará abocada al fracaso, pero cuando el tipo ponga a trabajar su ingenio y sus músculos ella se dará cuenta de que merece la pena y que lo había prejuzgado. Gran lección la que se aprende con estos argumentos.
Otra situación que se prodiga mucho es la de las bodas en las que la protagonista no está convencida de su destino y una noche loca con un tío macizo, inteligente y atento le hace desistir de sus planes. En este caso la disyuntiva suele darse entre la acomodada vida que le proporcionaría el bodorrio, o la felicidad más irreal y edulcorada que le vende el honesto protagonista. La película discurrirá entre las presiones del prometido (normalmente un personaje influyente y con malas pulgas) y los bellos gestos del sincero amor que le brinda la otra vida por la que tiene que optar. Vamos, lo mismito que en el mundo real.
Existen más variantes, pero estas son las más socorridas. Imprescindible en cualquiera es la presencia del amigo homosexual que cargará con toda la vis cómica de la cinta.
Otro de los trabajos de escritura de más éxito en el mundo del cine es el de los guiones de acción. Aquí se prescinde de famosa y se incluye una famosilla, eso sí que esté jamona de verdad, con el dinero restante se compra lo siguiente: mil toneladas de dinamita, dos mil litros de gasolina, trescientos litros de sangre de mentira, ciento veinte coches nuevecitos para hacerlos saltar por los aires y tres o cuatros edificios de mínimo seis plantas para rellenarlos de explosivos. Cuando reúnes todo el material (cuidado con fumar durante el rodaje) se contrata a un tipo cachas que te cagas, preferiblemente excampeón de artes marciales o exjugador de fútbol americano. La historia es muy sencilla: el protagonista, que a pesar de ser una máquina de matar, no es mala gente, sufre el ataque indiscriminado de unos terroristas (sirven marcianos, bandoleros, el propio gobierno o una pandilla de pajilleros). Los atacantes cometen el error, tras matar a su familia, de dejarle con vida. Aquí es donde se monta la de dios. Primero el tipo entrena y se recupera, para después comenzar a aniquilar, destrozar, mutilar a todos los malos (parece mentira que no se pueda ver una teta en el cine y sí todo tipo de asesinatos). Durante su periplo no faltará la tía buena que le pegará un buen polvo, haciéndole olvidar a su difunta pareja y el combate final en el que el protagonista casi será doblegado por el más malo de los malos. En esta última escena cabe la posibilidad de que estando el protagonista a merced del villano, sea la maciza la que consiga salvarle disparando en el último momento y por la espalda al amenazador y rencoroso enemigo de los Estados Unidos. En estas películas suele ser necesaria la presencia de un secundario gracioso que muera hacia la mitad de la cinta, esto suele provocar el descomunal cabreo del héroe.
En definitiva, lo que nos están intentando decir estos de Hollywood son dos cosas. Primero: nos estamos forrando a vuestra costa; segundo: sois unos primos sin ningún criterio que os coméis la primera mierda que hacemos. Por lo menos esto es lo que yo saco en claro.
Nacho Valdés
HENRI CARTIER-BRESSON: La realidad captada en el momento decisivo
“Para mí, la fotografía es situar la cabeza, el corazón y los ojos en la misma línea visual. Es un estilo de vida” Henri Cartier-Bresson
Son pocos los que dentro de la aventura de hacer fotografías, conocen el valor de acercarse con tan sólo una cámara de fotos, para captar el momento preciso en el que la escena, reproduce para ti, un único instante tan delicado y sugerente, que no sucederá jamás.
Es por ello que Henri Cartier-Bresson se convierte en maestro de todos, precisamente en el quehacer de captar, lo que posteriormente denominará después, "el momento decisivo".
Henri Cartier-Bresson, se ha descrito a si mismo como un foto-reportero, una etiqueta dudosa y no menos equívoca que cualquier otra disponible.
Para poner una identificación en una perspectiva más completa, se podría agregar que es probablemente el único foto-reportero que estudió pintura con André Lhote, el académico más importante del cubismo, o también que relativamente pocas de sus imágenes están relacionadas con eventos periodísticos en el sentido tradicional. También es cierto que muchas de sus mejores fotografías han sido hechas no por encargo, sino más bien por la fascinación de un “amateur” por el mundo a su alrededor; pero esto también vale para muchos fotógrafos importantes.
El mejor trabajo de un fotógrafo es generalmente hecho para él mismo.
Sin minimizar el valor de su trabajo como reportaje, debemos recalcar que las fotografías de Cartier-Bresson son reverenciadas por otros fotógrafos porque son esencialmente bellas. Poseen gracia, equilibrio, sorpresa, economía, tensión y un chispazo visual: las cualidades de un buen gimnasta o bailarín. O las cualidades de una buena imagen.
Esto no es para sugerir que las fotografías de Cartier-Bresson sean abstracciones. Surgen de una respuesta a una vida específica; su elocuencia formal es un tributo a su sentido humano. Si fueran menos que eso, para Cartier-Bresson, serían soluciones sin problemas.
Bresson insistió constantemente sobre el hecho de que es imposible aprender el arte de la fotografía. El tenía talento de comprender rápidamente las cosas, al mismo tiempo que una extraordinaria capacidad de reacción. Poseía un instinto que le hacía encontrarse siempre en el lugar apropiado, para apretar el disparador cuando la situación alcanzaba su punto culminante.
Es así como consiguió arrancarle una mueca de realidad al pasado, de reproducir una imagen fiel de la realidad, que es capaz de decir la verdad.
Su forma de fotografiar sólo se concibe a partir de este postulado. Porque el instante del que hablamos, considerado “decisivo”, lo es únicamente en el contexto de una situación vivida: para ser comprendido, debe tener una relación directa con la realidad.
De todas las fotografías, de todas aquellas obras que pululan por el universo Bresson, son muchas las que merecen citarse; toda su obra es un conjunto de acertados disparos, precisas miradas en un momento concreto que hace de su trabajo, un ejemplo de talento y tesón. Siempre al servicio de la fotografía; del arte de fotografiar.
La fotografía que he seleccionado, es una de las mejoras muestras de lo que Bresson denominó y le definió como fotógrafo: el momento decisivo. Cartier-Bresson eleva a la máxima expresión el concepto que utilizó como herramienta de trabajo.
En esta fotografía, el autor esperó el momento en el que la hilera de niños atravesaba su encuadre, trazando una línea de fuerza en la imagen, un vector direccional que marca el orden de lectura.
El instante en el que los niños huyen por entre las ruinas del edificio, deja entrever la fuerza de esa juventud, a pesar de la miseria que se respira en el ambiente. Es una fotografía que parece quedar reencuadrada a través del marco de esa ventana, demolida en este caso; parece una escena captada desde los ojos del espectador, como si te adentrases a ver lo que ocurre en el interior de esas ruinas.
La composición es absolutamente natural, carece de artificio, y utiliza las líneas que le proporciona la propia escena para crear un entorno que parece recortado por el ojo humano, de la realidad mundana. La técnica, en base a la exposición con una gama tonal de grises muy elevada, así como un contraste suficiente, dotan a la escena de un volumen y una profundidad muy alta.
Henri Cartier-Bresson murió en agosto de 2004, finalizando así su carrera fotográfica, que hasta el último momento alargó, sin dejar de mirar la escena como siempre la observó; preciso, talentoso, disparando sus fotografías como un acto reflejo, esquivando todo lo que restaba interés a su fotografía, para obsequiarnos con lo más llamativo, componiendo a lo largo de su encuadre para resultar tan real, como nuestra propia mirada.
Giorgio
08/04/2009
Sweet Corner Vol. 7
Evolución
La gente como yo, nacida a finales de los setenta, ha sido testigo de cómo ha ido creciendo la industria del entretenimiento en base a una premisa muy sencilla: En casa se está de puta madre. Sí, afirmo que lo que se persigue es el consumo hogareño de productos que nos hagan pasar un rato tranquilo sentados en nuestro sofá. Se trata del sedentarismo más estricto, de la eliminación de los grandes espectáculos en pos de los micromundos en los que todos nos desenvolvemos. Reconozco que en ciertas ocasiones es una maravilla tener un buen equipo de audio, una pantalla plana, unas cervezas y un asiento cómodo; pero no hay nada como salir al exterior a relacionarse y ver en pantalla enorme una buena película.
A eso de mediados de los ochenta se produjo una revolución que se suponía iba a acabar con el cine tal y como lo conocíamos, había nacido el video y llegó a España el concepto de alquiler de películas. Después de varios intentos con diferentes soportes como el Sistema 2000 o Beta, fue el VHS el que se llevó el gato al agua y se impuso a sus competidores. Nunca comprendí el motivo, las cintas tenían menos metraje y eran enormes en comparación con el extinto Beta. El caso es que se comenzó a imponer una nueva manera de consumir cine, se alquilaba una cinta, se tumbaba uno en su sillón e intentaba con el pobre sonido e imagen disfrutar de lo que se veía en la pequeña pantalla.
Con el tiempo se dio paso al DVD, un pequeño disco en el que cabía gran cantidad de información. Mejor sonido, subtítulos, mejor imagen, opciones de idiomas, extras, entrevistas y un sin fin de novedades que en un principio nos dejaron aturdidos. Con el tiempo los precios se democratizaron y nos fuimos acostumbrando a los nuevos aires que llegaban a la industria del entretenimiento, pero la premisa seguía siendo la misma: quédate en casa que vas a estar mejor. Incluso comenzaron a utilizarse los títulos de Disney para idiotizar a los hijos, nada como conectar el DVD con una película para niños para tenerlos toda la tarde babeando frente al televisor. Hoy por hoy, este sistema parece que está llegando a su fin, ya nos están mentalizando para la llegada del Blue-ray que parece que va a ser la panacea y la solución a todos nuestros problemas.
En los últimos años el asunto se ha disparado, la llegada de Internet ha revolucionado el panorama audiovisual. En la Red podemos encontrar todo tipo de productos, subproductos y demás historias en todo tipo de calidades, formatos e idiomas. Por un lado nos da acceso a todas las producciones existentes, a los clásicos, a los últimos estrenos y a todo lo que acontece en el mundo del cine. En este sentido me parece una ayuda y una llave que nos permite el acceso a la cultura viva del siglo XX; por otro lado, hay un asunto que no comprendo. ¿Cómo es posible que gente que se gasta miles de euros en tecnología puntera vea películas con calidad de sonido e imagen paupérrimos? No tengo contestación, pero a mí es algo que me revienta. Cuando te pasan un estreno y está grabado directamente de la pantalla del cine, que tienes que aguantar como se levantan a mear o tosen aquellos que realmente estaban viendo la película cuando fue pirateada. En fin, cosas de la técnica y misterios del mundo moderno.
Desde aquí emplazo a todo el mundo a darse un vuelta, a bajar el cine, a relacionarse y tomar el aíre; ya veréis como os satisface.
Nacho Valdés
LEJOS DE LA TIERRA QUEMADA: De la destrucción del binomio Arriaga-Iñarritu
Cuando el ego supera los cánones éticos del discurso humano, en ese instante, una vez alcanzado el estado de irrealidad, la inconsciencia entra en escena para consagrarse como actriz principal.
Tanto Guillermo Arriaga como Alejandro Gómez Iñarritu son dos ególatras, no cabe duda; su binomio creativo, el primero como guionista y el segundo como director, nos dejó una de las trilogías sobre la muerte más aclamadas de los últimos tiempos: Amores perros, 21 Gramos y Babel. Todas secundadas por un excelente equipo técnico y buenos actores, giran en torno a un episodio traumático, a través del cual se articulan tres o cuatro historias, unidas entre sí aunque diferenciadas cada una de ellas.
Con esta estructura reaparece en las pantallas Guillermo Arriaga y su Lejos de la tierra quemada, esta vez con una notable diferencia, y es que a la escritura del guión, se le suma la dirección de la película. Quizás por ello, es inevitable la comparativa con la de su, hasta hace un par de años, amigo A.G. Iñarritu; ambos formaban una pareja creativa casi perfecta, entrelazando las historias en el papel, en las imágenes.
Lejos de la tierra quemada, cuenta tres historias separadas, aunque conformadas en una sola, a través uno de los personajes; por un lado está la historia de una mujer americana, que se encarga de dirigir un restaurante de alto nivel; por otro lado, tenemos la historia de dos amantes que terminan calcinados en una caravana; por último la historia de un piloto, que fumiga con su avión los extensos campos de cultivo mexicano.
Arriaga conjuga algo de aquel binomio, y carece de elementos con los que trabajaban hace unos años; pero por encima de todo, estamos ante otra buena historia, muy bien narrada, con amplias descripciones de los hechos, cortadas éstas y cercenados los otros, mostrando pequeñas gotas de todo, para no contar nada; desde lejos aunque adentrándose en la línea argumental, haciéndolo pacientemente, llevando el suspense de lado a lado, cambiando espacial y temporalmente la acción, para detenerla después.
Todo esto, supone un tipo de estructura, bien usada anteriormente en las películas que citaba al principio del artículo, que lleva todo el peso de la narración al montaje; la edición de la película es una seña de identidad que presupone el conocimiento del mismo al espectador, aunque se aprecian notables cambios.
Los grandes planos mantienen un tiempo bastante largo, es agradecido de mirar, de observar la acción desde tan lejos; para los planos cortos utiliza todo lo largo que le da el formato alargado, el cinemascope (2.35:1), permitiendo una gran amplitud en las miradas de los personajes hacia el fuera de campo, es decir, fuera de los límites del encuadre.
Donde más acuso la falta de ritmo, del ritmo interno, el que tiene que ver con la propia acción de cada plano, es cuando la cámara se mueve, avanza, se desplaza sobre su propio eje, y más aún, en el tipo de plano denominado "cámara en mano"; la naturaleza propia de este tipo de plano, con esa violencia en su movimiento, no se mantiene a lo largo de la película, causando una pequeña parálisis rítmica.
Analizando cada historia por separado, la película se mantiene muy bien a lo largo del metraje, pero es en la conjunción de cada una de ellas, donde se aprecia un salto cualitativo, ya que parecen estar montadas como si de una sola historia se tratase, lo que otorga una gran continuidad a la acción.
Arriaga consigue desembarazarse de la sombra de Iñarritu de manera cómoda, ligera, dejando atrás todo lo que aquél significa, para conformarse como un director de cine en toda regla.
Estoy deseoso de ver la película que Iñarritu ha finalizado, llamada Biutiful, para analizar si trabaja también sin Arriaga, como éste lo ha hecho sin él.
Giorgio
06/04/2009
Fuente: Youtube
MARADONA: Emir Kusturica y su mano de Dios
"Ahora, ¿sabés cuando me adoraban? cuando pasaba la línea de cal...ahí, ahí mandaba yo" Diego Armando Maradona
La figura de Maradona siempre ha estado y estará, salpicada de altibajos, llena de detalles de genio, de grandes luces, y densas sombras, oscuras y alargadas, que le persiguen allá por donde va esa pequeña y oronda figura, aquélla que representa al mejor futbolista de la Historia; con permiso de los demás.
Se trata de un tipo especial, es un hecho objetivo e indudable; intratable en el campo de fútbol, en la cancha tanto o más como en la vida real, en su vida un tanto irreal, aunque llena de pasión.
Cuando Emir Kusturica inicia el proyecto de contar la historia de Maradona, se encuentra con que el tipo protagonista de su documental es una persona dotada de algo diferente: tiene el carisma de un líder, de un héroe capaz de hacer saltar las barreras sociales y económicas de un país, para unirlos en torno a su propio personaje, el pequeño genio argentino que "maneja" como nadie un balón.
A partir de la entrada de Maradona en escena las sensaciones en Argentina son otras; se tiene la impresión de que algo va a cambiar, irremediablemente, y no sólo en el plano futbolístico.
E.Kusturica inicia su documental con la representación visual del gol del siglo, aquél que fue fabricado por Diego A. Maradona en los cuartos de final del mundial de México ´86, contra Inglaterra. Cien mil espectadores abarrotan el estadio para presenciar la caída de la superpotencia europea, derribada por el talento zurdo de un pequeño argentino que corría y corría con la pelota pegada al pié, superando a cada uno de aquellos ingleses que le salían al paso, humillándolos, recordando en cada regate, en cada quiebro, a todos esos argentinos que fallecieron en la Guerra de las Malvinas; uno a uno, los ingleses fueron desplomándose en el suelo, víctimas de la poderosa virtud desprendida por el número diez que decoraba su pequeña espalda. Partiendo de aquí, todo se torna lindo, alegría desbordante, aderezada por el gol que precede al citado: la mano de Dios, que se torna albiceleste para levantar el telón de la obra que se iba a representar allí.
Después vino la droga, la cocaína, la parte oscura que acompaña a todos los genios, presentada en forma de polvo blanco deseoso y atrayente; el talento tiene un precio, y en el caso de Maradona, era muy alto.
Nacido en uno de los barrios más pobres de Buenos Aires, el recorrido que se hace por estos es desolador; cientos de niños buscando entre las basuras, soñando con las hazañas de su Dios, ser como Maradona para cambiar todo su mundo.
Así fue como empezó Diego, y así es lo que se muestra en el documental; reflexión sobre todo lo que fue, lo que es, lo que significa, lo que supone la figura de Dios. Así es como se transforma la actitud de todo un pueblo, dándoles motivos para la ilusión, para la esperanza, a pesar de todo, Maradona es lo que representa: motivación.
Resulta interesante el trabajo realizado por E.Kusturica, sobre todo respecto a la descripción que se hace del humano, del padre de familia, del drogadicto y del Dios. Supera todos los clichés futbolísticos, para adentrarse en los entresijos de un hombre llamado a ser deidad, al menos para varios millones de personas, y de entre ellos miles de fieles "maradonianos" representantes de su religión.
No queda tiempo para la lógica cuando se trata de Maradona, pero como todos los héroes, con sus puntos débiles, con sus miedos, se los queda para sí, hacia dentro, escupiéndolos desde ahí para sacarlos fuera gracias al talento que la naturaleza le otorgó; a golpes de pelota, a base de zigzageantes regates, siempre zurdos, siempre rápido, moviéndose en la cancha con el balón por el piso. Lo demás, está en la pantalla.
Giorgio
03/04/2009
Fuente: Youtube
STANLEY KUBRICK: El cineasta que transformó los esquemas vitales
Publicado por
Giorgio
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2:45:00
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STANLEY KUBRICK
"Ninguna civilización puede sobrevivir a su tecnología" Stanley Kubrick
No es bueno empezar a escribir de alguien, cuando se ha dicho tanto de este, es quizá por ello que me muestro cauto en afirmar que el presente artículo quiere recordar no tanto la figura de Stanley Kubrick, que también, sino de todas sus obras maestras, aquellas películas que por alguna razón dejaron en mí, un poso que se hace mayor con el paso del tiempo.
A Stanley Kubrick hay que mirarlo de lejos, con tiempo, de manera pausada, como su profunda mirada, divisándole para entender que va a ofrecernos hoy, con que nos vamos a quedar tras la proyección de una de sus películas; de ser así, haciendo esto, en la mayoría de las veces que visionas cualquier película, te encuentras con un sentimiento, o deseo, de decepción; decepción que ni tan siquiera asoma en el caso de las obras de Stanley Kubrick.
Y es que son muchas las que dejó hechas, tal vez bastantes las que dejó sin hacer, y desde luego ninguna de las que hizo pasa desapercibida. Ninguna, esto si puedo afirmarlo con rotundidad.
Comencemos pues a desgranar un poco algunas de sus maravillas, algunas de esas obras mayores, que pasaron por delante de nuestros ojos en algún momento de nuestras vidas, y que con el tiempo, os invito a volverlas a ver; seguramente notaréis cierto temor, cierta angustia, al no haberlas disfrutado antes. Porque a Stanley Kubrick hay que verlo con admiración y respeto, pero con todas las expectativas respecto a lo que nos ofrece dispuestas sobre la mesa de la ilusión, de la pasión; de igual forma que él hacía sus films.
Primera muestra de su forma de hacer cine: Paths of Glory (Senderos de Gloria), es una de las películas antibélicas más didácticas que conozco, reflejando el sin sentido militar hasta tal punto, que estuvo prohibida en Francia durante mucho tiempo.
Con Kirk Douglas de oficial francés durante la Primera Guerra Mundial, está encargado de defender una posición importante ante la inmediata llegada de los alemanes.
Ante la imposibilidad de la acción, ante el hecho de la retirada, el oficial de mayor rango, ordena a Douglas que fusile a aquellos cobardes que desertaron.
El problema surge cuando se piensa que la película es un ataque al ejército francés, y su política bélica; ese es el error, que una nación se sienta ofendida por una película, que tanto rigor tiene para el aprendizaje de los valores, entre otros, el del honor, pero también el del valor, y el del sentido común. Lo peor de todo, es que a nuestro alrededor, continúan ocurriendo prácticamente las mismas atrocidades que las transcurridas hace ya 90 años.
Segunda muestra: A Clockwork Orange (La naranja mecánica), un dibujo prefecto de nuestra sociedad actual: cultura televisiva, consumo, violencia gratuita sin derecho a queja.
Un visión social perfectamente retratada, articulada entorno a las figuras de tres personajes, ajenos al dolor que provocan, al hedor que se desprende de sus vidas, consumidos por el desatino y la miseria cerebral. Después de todo, la medicina que se le aplica a uno de ellos, tras un asesinato, es la misma con la que esos tres figurantes de personas usaban para divertirse: la violencia.
No sólo asoma la actividad violenta, sino que Kubrick pone de manifiesto la zozobra de una sociedad futura, ahora en presente, que ironiza sobre lo que es bueno y malo, amparados por la legalidad vigente. Puro cinismo, pura hipocresía, doble moral.
Tercera muestra: 2001: A Space Odyssey (2001: Una odisea del espacio) ritual vital humano, del pasado al universo futurista de cohetes y naves. No se puede condensar más y mejor el desarrollo del hombre, que bajo estas pautas, utiliza siempre el mismo motor: la curiosidad primero del medio, y el dominio del mismo después; el protagonista, el ser humano.
La lentitud de la narración, propicia un acercamiento lento al devenir de los acontecimientos. Esta obra fílmica da miedo. Es grave, y sobre todo, definitoria, por lo que representa cinematográficamente, y sobre todo, universalmente.
La última muestra tiene como fin enumerar algunas de las otras maravillas, que Stanley Kubrick realizó antes de morir; de todas, me quedo con todas, pero no merece la pena escribir más, sino verlas, degustando cada una de ellas, catándolas y apreciando todo lo que nos muestra en la pantalla. De todas, estas son: Dr. Strangelove or: How I Learned To Stop Worrying And Love The Bomb (Teléfono rojo: volamos hacia Moscú), Lolita, Barry Lindon, The Shining (El resplandor), Full Metal Jacket (La chaqueta metálica) o Eyes Wide Shut.
Además, existe un documental realizado tras su muerte, sobre la vida de este gran cineasta, llamado Stanley Kubrick, una vida en imágenes, de obligado visionado para los amantes de este gran artista.
Giorgio
01/04/2009
Fuente: Youtube
No es bueno empezar a escribir de alguien, cuando se ha dicho tanto de este, es quizá por ello que me muestro cauto en afirmar que el presente artículo quiere recordar no tanto la figura de Stanley Kubrick, que también, sino de todas sus obras maestras, aquellas películas que por alguna razón dejaron en mí, un poso que se hace mayor con el paso del tiempo.
A Stanley Kubrick hay que mirarlo de lejos, con tiempo, de manera pausada, como su profunda mirada, divisándole para entender que va a ofrecernos hoy, con que nos vamos a quedar tras la proyección de una de sus películas; de ser así, haciendo esto, en la mayoría de las veces que visionas cualquier película, te encuentras con un sentimiento, o deseo, de decepción; decepción que ni tan siquiera asoma en el caso de las obras de Stanley Kubrick.
Y es que son muchas las que dejó hechas, tal vez bastantes las que dejó sin hacer, y desde luego ninguna de las que hizo pasa desapercibida. Ninguna, esto si puedo afirmarlo con rotundidad.
Comencemos pues a desgranar un poco algunas de sus maravillas, algunas de esas obras mayores, que pasaron por delante de nuestros ojos en algún momento de nuestras vidas, y que con el tiempo, os invito a volverlas a ver; seguramente notaréis cierto temor, cierta angustia, al no haberlas disfrutado antes. Porque a Stanley Kubrick hay que verlo con admiración y respeto, pero con todas las expectativas respecto a lo que nos ofrece dispuestas sobre la mesa de la ilusión, de la pasión; de igual forma que él hacía sus films.
Primera muestra de su forma de hacer cine: Paths of Glory (Senderos de Gloria), es una de las películas antibélicas más didácticas que conozco, reflejando el sin sentido militar hasta tal punto, que estuvo prohibida en Francia durante mucho tiempo.
Con Kirk Douglas de oficial francés durante la Primera Guerra Mundial, está encargado de defender una posición importante ante la inmediata llegada de los alemanes.
Ante la imposibilidad de la acción, ante el hecho de la retirada, el oficial de mayor rango, ordena a Douglas que fusile a aquellos cobardes que desertaron.
El problema surge cuando se piensa que la película es un ataque al ejército francés, y su política bélica; ese es el error, que una nación se sienta ofendida por una película, que tanto rigor tiene para el aprendizaje de los valores, entre otros, el del honor, pero también el del valor, y el del sentido común. Lo peor de todo, es que a nuestro alrededor, continúan ocurriendo prácticamente las mismas atrocidades que las transcurridas hace ya 90 años.
Segunda muestra: A Clockwork Orange (La naranja mecánica), un dibujo prefecto de nuestra sociedad actual: cultura televisiva, consumo, violencia gratuita sin derecho a queja.
Un visión social perfectamente retratada, articulada entorno a las figuras de tres personajes, ajenos al dolor que provocan, al hedor que se desprende de sus vidas, consumidos por el desatino y la miseria cerebral. Después de todo, la medicina que se le aplica a uno de ellos, tras un asesinato, es la misma con la que esos tres figurantes de personas usaban para divertirse: la violencia.
No sólo asoma la actividad violenta, sino que Kubrick pone de manifiesto la zozobra de una sociedad futura, ahora en presente, que ironiza sobre lo que es bueno y malo, amparados por la legalidad vigente. Puro cinismo, pura hipocresía, doble moral.
Tercera muestra: 2001: A Space Odyssey (2001: Una odisea del espacio) ritual vital humano, del pasado al universo futurista de cohetes y naves. No se puede condensar más y mejor el desarrollo del hombre, que bajo estas pautas, utiliza siempre el mismo motor: la curiosidad primero del medio, y el dominio del mismo después; el protagonista, el ser humano.
La lentitud de la narración, propicia un acercamiento lento al devenir de los acontecimientos. Esta obra fílmica da miedo. Es grave, y sobre todo, definitoria, por lo que representa cinematográficamente, y sobre todo, universalmente.
La última muestra tiene como fin enumerar algunas de las otras maravillas, que Stanley Kubrick realizó antes de morir; de todas, me quedo con todas, pero no merece la pena escribir más, sino verlas, degustando cada una de ellas, catándolas y apreciando todo lo que nos muestra en la pantalla. De todas, estas son: Dr. Strangelove or: How I Learned To Stop Worrying And Love The Bomb (Teléfono rojo: volamos hacia Moscú), Lolita, Barry Lindon, The Shining (El resplandor), Full Metal Jacket (La chaqueta metálica) o Eyes Wide Shut.
Además, existe un documental realizado tras su muerte, sobre la vida de este gran cineasta, llamado Stanley Kubrick, una vida en imágenes, de obligado visionado para los amantes de este gran artista.
Giorgio
01/04/2009
Fuente: Youtube
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