MARADONA: Emir Kusturica y su mano de Dios

|



"Ahora, ¿sabés cuando me adoraban? cuando pasaba la línea de cal...ahí, ahí mandaba yo"
Diego Armando Maradona

La figura de Maradona siempre ha estado y estará, salpicada de altibajos, llena de detalles de genio, de grandes luces, y densas sombras, oscuras y alargadas, que le persiguen allá por donde va esa pequeña y oronda figura, aquélla que representa al mejor futbolista de la Historia; con permiso de los demás.
Se trata de un tipo especial, es un hecho objetivo e indudable; intratable en el campo de fútbol, en la cancha tanto o más como en la vida real, en su vida un tanto irreal, aunque llena de pasión.
Cuando Emir Kusturica inicia el proyecto de contar la historia de Maradona, se encuentra con que el tipo protagonista de su documental es una persona dotada de algo diferente: tiene el carisma de un líder, de un héroe capaz de hacer saltar las barreras sociales y económicas de un país, para unirlos en torno a su propio personaje, el pequeño genio argentino que "maneja" como nadie un balón.
A partir de la entrada de Maradona en escena las sensaciones en Argentina son otras; se tiene la impresión de que algo va a cambiar, irremediablemente, y no sólo en el plano futbolístico.

E.Kusturica inicia su documental con la representación visual del gol del siglo, aquél que fue fabricado por Diego A. Maradona en los cuartos de final del mundial de México ´86, contra Inglaterra. Cien mil espectadores abarrotan el estadio para presenciar la caída de la superpotencia europea, derribada por el talento zurdo de un pequeño argentino que corría y corría con la pelota pegada al pié, superando a cada uno de aquellos ingleses que le salían al paso, humillándolos, recordando en cada regate, en cada quiebro, a todos esos argentinos que fallecieron en la Guerra de las Malvinas; uno a uno, los ingleses fueron desplomándose en el suelo, víctimas de la poderosa virtud desprendida por el número diez que decoraba su pequeña espalda. Partiendo de aquí, todo se torna lindo, alegría desbordante, aderezada por el gol que precede al citado: la mano de Dios, que se torna albiceleste para levantar el telón de la obra que se iba a representar allí.

Después vino la droga, la cocaína, la parte oscura que acompaña a todos los genios, presentada en forma de polvo blanco deseoso y atrayente; el talento tiene un precio, y en el caso de Maradona, era muy alto.
Nacido en uno de los barrios más pobres de Buenos Aires, el recorrido que se hace por estos es desolador; cientos de niños buscando entre las basuras, soñando con las hazañas de su Dios, ser como Maradona para cambiar todo su mundo.
Así fue como empezó Diego, y así es lo que se muestra en el documental; reflexión sobre todo lo que fue, lo que es, lo que significa, lo que supone la figura de Dios. Así es como se transforma la actitud de todo un pueblo, dándoles motivos para la ilusión, para la esperanza, a pesar de todo, Maradona es lo que representa: motivación.

Resulta interesante el trabajo realizado por E.Kusturica, sobre todo respecto a la descripción que se hace del humano, del padre de familia, del drogadicto y del Dios. Supera todos los clichés futbolísticos, para adentrarse en los entresijos de un hombre llamado a ser deidad, al menos para varios millones de personas, y de entre ellos miles de fieles "maradonianos" representantes de su religión.
No queda tiempo para la lógica cuando se trata de Maradona, pero como todos los héroes, con sus puntos débiles, con sus miedos, se los queda para sí, hacia dentro, escupiéndolos desde ahí para sacarlos fuera gracias al talento que la naturaleza le otorgó; a golpes de pelota, a base de zigzageantes regates, siempre zurdos, siempre rápido, moviéndose en la cancha con el balón por el piso. Lo demás, está en la pantalla.


Giorgio
03/04/2009



Fuente: Youtube

2 comentarios:

Nacho dijo...

Grandísimo Diego. Él y sus contradicciones vitales, tomaré nota de este documental que se me pasó por alto.

Por otro lado, decirte que me ha encantado el artículo. Muy cercano y con dosis de épica.

Abrazos.

Giorgio dijo...

Gracias chicos, y espero que lo veáis, que es motivador, y sorprendentemente reflexivo, sobre todo por el personaje que reflexiona.

BESOS