A CONTRALUZ: Cine corto en las pantallas cinematográficas

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Sin duda alguna el cine hay que verlo en el cine; un corto, lo es, y cuando fui a ver la trilogía de Eduardo Chapero-Jackson en la sesión matinal de las dos de la tarde, me di cuenta que el valor del cine, se esconde en las buenas historias, dejando fuera de toda duda, que la diferencia de tiempo total de una obra cinematográfica no es razón para extinguir de las proyecciones cinematográficas al cortometraje.

A contraluz, supone una experiencia muy diferente en la concepción de producto cinematográfico que habitualmente se ofrece en las salas de cine, disponiendo al espectador para presenciar un formato no muy común, y en el caso de la citada obra, la diferencia se alarga hacia otra frontera.
Partiendo de tres historias inconexas, tres cortometrajes se abren ante nosotros, proponiendo una hora de cine de gran calidad, cuyos elementos comunes ocupan esa gran pantalla, en la totalidad del film: pasión en los contenidos, acierto en la narración y elevadas interpretaciones.

La primera de las obras se titula Contracuerpo; desasosiego mutuo, el que desprende la protagonista, una excelente actriz que responde al nombre de Macarena Gómez, y que se introduce en el interior de su propio cuerpo, destruido físicamente y poco a poco, por su dañino cerebro; por contra, el del espectador, a consecuencia de las continuas excentricidades que asolan el film, provocado en su mayor parte, por la elección de la narración fílmica en la que la ausencia de diálogos, trazan un contorno enfermo a lo largo de la estructura de la historia.

Gran trabajo técnico, pero mejor ejercicio de guión; hoy por hoy, es un valor añadido, diría único, extraño, el poder contar con una película, aunque sea de corta duración, tan bien elaborada audiovisualmente, en la que el deseo de contar, prevalece sobre el cómo hacerlo.

El segundo de los trabajos se titula Alumbramiento, y se desenvuelve prácticamente en un espacio, una habitación en la que habita moribunda una vieja, cuya custodia corre a cargo de una enfermera. Las dosis administradas por la medicina, hacen estragos en una espectacular Mariví Bilbao, brutalmente desgarrada, vieja y decrépita; cada estertor, ensordece tu ánimo en la butaca.


La virtud del guión se debe a los elementos que giran en torno a la situación principal, y que hilan la historia hasta el desenlace final, fruto de la humanidad de otro de los personajes ajeno al entorno inicial. De por sí, el hijo es médico, y desde sus conocimientos racionales, trata de aliviar a una madre, que grita de en cuando en cuando por el recuerdo de la suya propia. Los sentimientos que guardamos dentro, se escapan de su cárcel repleta de prejuicios, y florecen en el interior de esa habitación con olor a final. Otra manera de entender y acercarse a la muerte.

La trilogía de E. Chapero Jackson finaliza con The End, epopeya futura, aunque cercana a nuestro tiempo, en el que el agua se convierte en oro, y los hombres luchan por ella, como combatimos hoy por el petróleo, los diamantes o el terrorismo. Reflexiva afirmación de lo que puede acontecer en pocos años, permite pensar en lo que ocurrirá, parece que invita a hacerlo, señalando con el dedo a todos nosotros, los humanos.

Enclavada en Estados Unidos, rodada en inglés y con un buen surtido de actores, la eficacia narrativa de las las dos piezas que la preceden, restan prestancia a este short film, como dirían por América. Esos sí, por sí solo, deja fuera de toda duda, la contundencia narrativa del mismo.

Mis felicitaciones a tan valerosa empresa, que con tanto sudor han conseguido distribuir en los cines UGC Cinecité de Madrid, Valencia, Valladolid y Cádiz, los de Prosopopeya producciones, productores de esta trilogía, que tan buen sabor de boca deja en los paladares cinéfilos.
Por fin respiro al observar proyectos de esta envergadura, de contenidos serios, con trabajos técnicos de nivel, y de un metraje corto, pequeño de duración, pero de tal peso fílmico, que enorgullece a aquellos cortometrajes que siguen soñando con asaltar en el panorama cinematográfico, con el valor que merecen. Hoy por hoy, si es posible; A contraluz es un magnífico ejemplo.


Giorgio
27/07/2009



Fuente: Youtube

Enlaces de los cortometrajes:
http://vimeo.com/5317432
http://vimeo.com/5317622
http://vimeo.com/5317724

3 comentarios:

Manuela dijo...

Parece interesante la trilogia que comentas... Y lo más sorprendente es que puede verse en el cine.
Te planteo la gran duda:
¿Que pasa con los cortos? ¿Donde se proyectan?
Un beso.

Nacho dijo...

Por fin parece que hay algo de valor, novedad y buen hacer en el cine español Recuerdo uno de tus artículos en el que comentabas la falta de aire fresco en este arte, y más concretamente, en el panoráma nacional.
El otro día vi un reportaje en días de cine sobre este proyecto, lo había borrado de mi cabeza, pero ahora que me lo recuerdas me dio muy buena impresión. El acabado estético parecía perfecto, las actuaciones, según comentaban, más que dignas y, por ende, utilizando un formato únicamente reservado para trailers y festivales.
Hagamos la ola a Chapero-Jackson (curioso nombre, por otro lado).

Abrazos.

Giorgio dijo...

Bueno, queridísima amiga, la pregunta que planteas está inserto dentro de un profundo debate.

Los cortos tan sólo se proyectan en festivales, y no tienen cabida para el gran público.
Además, siempre suelen ser proyecciones eternas, demasiados cortos, y no son atractivos.
La trilogía A contraluz, es barata, 3 euros, y propone una duración de una hora, que se me antoja muy buena.
A mi me dejó contento.

Un beso.