DOROTHEA LANGE: La mirada de la Gran Depresión americana

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«La cámara es un instrumento que enseña a la gente cómo ver sin cámara». D.Lange

La fotografía alcanza la plenitud como disciplina en el momento en el que la exposición de los contenidos insertos en ella, hacen olvidar la propia naturaleza de aquélla. No en vano, la gran inmensidad de formas con las que la fotografía puede desplegar su arte, nos permite desplegar un gran repertorio de elementos para respaldar nuestra temática, contrastarla, o tan sólo mirar a través de ella, como una ventana.
Dadas las circunstancias, la fotografía ha evolucionado con el paso del tiempo hacia niveles muy diferentes, rompiendo cánones impuestos antaño, re-inventándolos, para poder continuar como disciplina artística.

Hoy quiero retrotraerme en el tiempo para poder analizar un momento histórico, que por sus características, tiene mucho que ver con la situación de acuciada crisis que vivimos hoy día.
Estados Unidos, y 1929, hicieron crack en sus bolsas; el valor del dinero se vino abajo, y el entramado económico quedó destruido. Fue durante los momentos posteriores a la Gran Depresión, donde los mercados se volcaron, cuando el desastre golpeó con más fuerza, desgraciadamente en los mismos lugares de siempre: las clases más desfavorecidas.

La fotografía, sirvió como vehículo conductor de conocimiento del medio, del contexto en el que la carestía era enorme, y la lucha por sobrevivir diariamente, tenía un precio demasiado alto.
Dorothea Lange encarna el ejemplo más importante de la fotografía de realidad, sin cortes, sin manipular, con toda la fuerza que el propio contenido ofrece, despertando en las conciencias, un poquito de dolor de estómago, que permita al remordimiento crecer en tu interior, y no te deje dormir: lo llaman realismo fotográfico.
D.Lange formó parte de un grupo de fotógrafos, enclavados dentro del organismo de la F.S.A. (Farm Security Administration) que trabajaban bajo el amparo del gobierno estadounidense, a cuya cabeza se encontraba el presidente Roosvelt, y que fueron los encargados de retratar las consecuencias del crack en las zonas más pobres y afectadas: sobre todo en las zonas rurales americanas, las más perjudicadas por la brutal caída de los precios agrarios.

D. Lange construye sus fotografías en torno al contexto donde están insertos sus personajes, elementos distribuidos en el encuadre majestuosamente, permaneciendo con ellos, sufriendo con sus penurias, de la misma forma que padecen sus retratados. De esta manera se acerca al dolor, lo captura y nos lo muestra en un entorno familiar, campestre, y en el que los personajes, las personas, se integran en aquél absortas de sí mismas.
No parece constituir artificialmente los elementos que forman parte del encuadre; es fruto de la capacidad de observación de la fotógrafa, lo que determina la fuerza de la fotografía, por eso llegan tan lejos en el interior de nuestros cuerpos.
D. Lange refleja sobre todo la dignidad de las personas por sobrevivir, por salir adelante, con tan sólo la fuerza de sus corazones y el valor que le otorga luchar por salvarse, que es mucho.

De todas las fotografías, es quizás la que se muestra a continuación, la que más informa sobre la crudeza del momento, sobre el coraje de aquellos hombres y mujeres que lucharon por mejorar, por no abrazarse a la muerte.
Lleva por título Migrant Mother, y creo que muestra por sí misma el valor; el valor de la mujer, que mira hacia adelante, fuera del encuadre, buscando aire; el valor de la fotografía, en sí misma, como testigo, como ventana abierta al desamparo de los que más sufren; el valor de la fotógrafa para componer, para inmiscuirse, para abarrotar en el encuadre la angustia de los desamparados, de los niños de piel sucia, que se vuelven hacia atrás para protegerse del disparo.




"La madre desarraigada", es el instante que mejor resume el trabajo de D.Lange; fue tomada durante el viaje forzoso de los granjeros en busca de trabajo en el Oeste, y tras ser publicada en el San Francisco News en 1936, se convirtió en todo un símbolo de la Gran Depresión.
Lo más llamativo, es que setenta y tres años después, las circunstancias que rodean una crisis económica de igual calibre, siguen golpeando a las clases más desfavorecidas, contribuyendo a ello, el desatino de los políticos, y la desazón de las clases medias por contribuir a una lucha por una sociedad más igual.


Giorgio
02/07/2009

6 comentarios:

Manuela dijo...

Me alegra que haya fotografos que sepan retratar tan bien lo que nos rodea... ¿donde está expueta? esta no me la quiero perder.

Giorgio dijo...

Bueno, es cierto que D.Lange es un ejemplo de foto-realismo.
Menos mal que aún se mantienen en boga los principios del realismo fotográfico, gracias a Magnum, James Natchwey, o José Cendón.

De la exposición sobre Dorothea Lange, ya daremos cuenta durante la semana que viene, en el transcurso de PhotoEspaña09.

Un beso

Nacho dijo...

Resulta curioso como las grandes obras tienen (no sé si te acuerdas) ese soplo de eternidad del que hace mucho tiempo nos habló una profesora de guión. Este crack del 29 que queda reflejado en la imagen, bien podría dar un salto temporal hasta la actualidad, la imagen no perdería vigencia ni fuerza.

De esta fotógrafa poco sabía, pero la imagen sí que la conocía, como bien dices se convirtió en icónica.

Abrazos.

Giorgio dijo...

El halo de eternidad, divino tesoro; todas las grandes obras, se ocupan de aquél.

En efecto, me acuerdo; fueron pequeñas jornadas, pero veo que hicieron mella en nosotros.

Gratos recuerdos.

PD: saludos a blufi-blufi (te acordarás, o no) jeje

Un saludo.

Nacho dijo...

Dios... con lo de Blufi-blufi me quedo un poco fuera de juego...

Giorgio dijo...

Bueno, imagino que si te lo digo ya no tiene mucha gracia.

Haz memoria, éramos un grupo muy variado, con buenas ideas, aunque había algún alma descarriada.

Ya hablaremos,

Un abrazo