ALFRED HITCHCOCK: El estratega tímido de la realidad inverosímil

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"Conseguir la realidad exige meterse dentro, hacer que el público se sienta. Así se obtiene la verdadera realidad" A. Hitchcock

Asistiendo perplejo a la actual situación del mercado audiovisual, donde el dinero respira por encima del talento, agotándolo, despedazando continuamente todos los buenos propósitos que se apelmazan en las mesas de los grandes y pequeños estudios, me pregunto si quedaría espacio para los autores de siempre; no obstante, de las cincuenta películas de A.Hitchcock, albergo ciertas dudas, en tanto en cuanto alguna de ellas, hubiera alcanzado la cifra mínima de cuota de pantalla para obtener subvención. ¡Que negatividad!

Pasados ya cinco meses desde mi primer artículo, la figura de Hitchcock se mantenía en la sombra, esperando el momento para dar un salto hacia delante; en mi cabeza, el director británico tiene un peso importante, siempre busco elementos en las películas, que me evoquen sentimientos, con Hitchcock, simplemente los encuentro.
Se aparecen allí, de la manera como tiene de hacer las cosas; inequívocos, devolviéndote cada una de las sensaciones que anteriormente provocó. No aparecen por casualidad, pero emergen lentamente en el seno de la realidad, usándola como instrumento, interpretándola, para introducir lo inverosímil, interpela con nosotros, y nos convence.
He de decir, que su presencia es constante en mi escritorio, en forma de pequeña escultura caricaturizada por un artesano de los que se sitúan una vez al año, en Plaza de España; es por ello, que siempre me acompaña en mis textos, en mis cavilaciones y tribulaciones fílmicas, pero de manera tímida. Sólo un superdotado, es capaz de firmar más de medio centenar de películas, y ser repudiado por la crítica americana.

Hitchcock es ante todo, un cineasta, pero un cineasta que controla todo lo que puede controlar un director, incluso aquello que resulta más difícil: la conciencia de los espectadores. Cualquier situación, por pequeña y cotidiana que sea, se vuelve grande, apareciendo el componente de lo increíble.
Empezando por el concepto de suspense, que fue elaborado detenidamente, llevándolo al extremo, a la punta más lejana; juega con todos los recursos que le proporciona el cine, los reinventa, usándolos a su antojo, para en este caso, el bien (o mal)estar del público.

De todo su cine, son varios los elementos; trataremos de ver algunos, de analizar unos pocos, de comprenderlos, y de fascinarnos con todos.
El suspense se revela como su principal arma para contar sus historias, adornarlas de catástrofe, temporal, albergada en un relato con tintes reales; nunca se pensó en el valor dañino de los pájaros, hasta que se toparon con Hitchcock.
De lo demás, el por qué llegan las aves, el cómo aparecen de repente, a modo de una de esas plagas que asolaban en la Antigüedad ciudades enteras, nadie se lo pregunta; no hay respuesta, pero tampoco se necesita. Aquí está presente la mano de él.
Otro de esos componentes oscuros, de los que hacen gala sus películas, es el "mcguffin". Relacionado con el suspense, es un recurso en el cual, siempre hay algo que inquieta al protagonista, algo que trata de alcanzar, una persona, quizá algo intangible, pero que a ojos del espectador pasa inadvertido, por su falta de importancia. En North by Northwest (Con la muerte en los talones, tal y como se tradujo aquí en España) Cary Grant busca encarecidamente a un tipo que puede ayudarle a esclarecer los hechos; a nosotros nos preocupa muy poco.

De toda su filmografía, me gustaría destacar al menos tres películas, que por su particularidad, y por las consecuencias que tuvieron en mi formación, marcaron su carrera y mi percepción fílmica.
La Soga
, ejercicio excelente de un plano secuencia; la película inicialmente estaba preparada para rodarse sin cortes, en un solo y único plano, en el cual, la cámara con sus movimientos, y los actores con su interpretación, marcaban profundamente la dinámica del film, eliminando cualquier posibilidad de montaje. Lamentablemente, Hitchcock no tenía bobinas de un tamaño tan grande que albergaran el metraje final de la película, por eso tuvo que recurrir sutilmente a varios cortes, para continuar con su plano secuencia.
Al margen, la película contiene tres elementos, los más simples, pero con una fuerza de suspense de extrema gravedad; la acción transcurre en un único espacio, antecedido con el ahorcamiento de un personaje, cuyo cadáver estará presente durante toda la velada que tendrá lugar después, del que los personajes hablarán; el público sabe lo que encierran los asesinos, Hitchcock no los esconde, de lo que se trata es de cazarlos.
Rear Window (La ventana indiscreta), necesita del espectador como cómplice del argumento, del protagonista, para inmiscuirse desde su ventana, estático, provisto de una cámara con una lente larga que le permite ver de cerca; lo necesita para poder continuar con su suspense, con el problema que está detrás del edificio que se sitúa frente a su parapeto.
Con la ambigüedad de un mirón, Hitchcock narra de lejos el posible asesinato de una mujer, creando la historia a partir de la imagen en dos dimensiones que proviene del teleobjetivo de la cámara del voyeur, narrativamente poco fiable, inverosímil dentro de la realidad, pero poco nos importa cuando de lo que se trata es de un asesinato, aunque sea en presunción de.
De Psycho, poco se puede escribir más; el añadido quizá es presentar una fórmula en la que la protagonista muere a mitad de la película. No es fruto del azar, sino de la estrategia ansiosa por desarrollar un argumento que se inicia cuando es asesinada aquella mujer en la ducha; doble protagonismo en un film difícil de clasificar, aunque impactante de ver. De lo demás, de la expectación de la casa, del motel, del inquietante dueño del mismo, parece provisto de un extraño toque de irrealidad manifiesta.

Alfred Hitchcock representa un tipo de persona que despliega en un abanico fílmico, todos sus miedos y desdichas, presentando cada obra cinematográfica, dentro de un discurso, que cada vez se va haciendo más insólito con el paso de los años.


Giorgio
25/06/2009

2 comentarios:

Nacho dijo...

Del comienzo del escrito decir que es lo que tiene, Don Dinero es el que manda en la actualidad (o siempre, quién sabe).

De este cineasta de nombre impronunciable (nunca he visto a dos personas que lo pronuncien igual) decir que he visto poco de su enorme filmografía. Me quedo con la Ventana indiscreta de las que citas, que es la que tengo más reciente. De este film me sorprendió, sobre todo, la actualidad que dejaba ciertos elementos más inocentes en un segundo plano. Tengo que reconocer que me sorprendió puesto que disfruté mucho, cosa que no esperaba.

Nada más, espero esa colaboración estelar.

Abrazos.

Giorgio dijo...

Te recomiendo encarecidamente que visiones la soga, vértigo, o con la muerte en los talones.
Aunque el ritmo parece antiguo, sobre todo debido al tipo de realización que desarrollaba Hitchcock, te van a parecer historias muy buenas.

Del colaborador, he de decir que llevará más tiempo de lo que yo pensaba.

Espero que no tarde mucho. He de decir que será estelar.

Un abrazo.