SÓLO AC/DC

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De todas los conciertos en los que he estado, jamás presencié lo que Dios era capaz de hacer; ayer lo vi, por primera vez, en forma de guitarrista vestido de niño pequeño, de uniforme verde, transformando los movimientos de sus dedos en sonido, manejando los estados de ánimo de todos los presentes. Como siempre, llegan, descargan, mimetizan, desentierran los viejos recuerdos, sus clásicos temas de su amplio repertorio, y fusilan las orejas de los presentes.

No hace falta ser un fanático para comprender el valor de AC/DC, el peso que supone lo que sobre un escenario realizan estos australianos; yo no lo era, hasta ayer; desde entonces entiendo lo que significa AC/DC; desde entonces seré un fanático de todo ello. Todo se magnifica, se agranda; el precio de la entrada, la marea humana que desde el metro de Pirámides se abalanzaba con calma a la espera de la hora H, el ir y venir de patrullas de nacionales mientras la cerveza descansaba entre las manos de los fieles sedientos de rock; de todo lo mal que vienen dadas en estos momentos, durante esas cuatro horas, nos sentimos a gusto; decididamente a gusto, contentos de presenciar lo que hace este gigante.

Tras los agobios sufridos en la puerta cuarenta y uno, agravado si cabe por la minusvalía temporal de uno de mis colegas (se había roto una pierna y venía con muletas), superamos el umbral de la entrada y apareció en el fondo una masa negra; expectante.
Las 22:05, la hora elegida por Dios para hacer acto de presencia; esta vez lo vería, estaba allí.
Después de los primeros cinco temas, conseguimos alcanzar la valla que separa el escenario, por el lado izquierdo, frente a una batería de tres cañones; no sabía lo que se me vendría encima, desconocía por completo, lo que quedaba de show; fantástico, me excita cuando no sé lo que va a ocurrir, sobre todo cuando delante teníamos a estos tíos.
Fue cuando lo ví; solamente iluminado por algún que otro foco, desnudo de torso, vestido con un pantalón y una guitarra; no fui consciente del tiempo que Angus estuvo tocando solo; no me importa, tan sólo sé que fue maravilloso; miré a mi izquierda y en el rostro de mi colega solamente encontré satisfacción, han sido unos meses muy duros, se lo merece.
Al otro lado, arriba, encima de nosotros, en el aire, seguía Dios con su retahíla de trucos; joder que bueno, no me acordaba que teníamos cita con él; por un momento, de los AC/DC sólo quedaba un tipo, más bien pequeño, más bien enjuto, más bien Angus; para que más.

Del final, tras la muñeca hinchable de diez metros de altura, sonó For Those About To Rock (We Salute You); delirante, extrema, profano de mí, desconocía que estaba a punto de contemplar lo que significaba escuchar un himno. Si minutos antes Highway To Hell, me daba una pista de la exaltación que se iba a producir después, las descargas de Fire, al unísono, mezcla de las gargantas de las personas que por allí andábamos, y los cañonazos que escupían fuego desde los flancos y el fondo del escenario, despejaban mis dudas.
De mis compañeros a pié de pista, los que habíamos estado unidos en esa orgía de rock&roll, mostrábamos en nuestros rostros, el final de una apoteosis que había mejorado nuestro ánimo.

Alguien por el móvil nos preguntó si pensábamos si Dios volvería a Madrid de nuevo; nuestra respuesta fue ambigua, pero nos acostamos con la convicción de que si regresan, volveríamos a estar allí, donde vaya Dios, a la izquierda del escenario, frente a ellos, escuchando lo que nos tengan que decir de nuevo.


Giorgio
06/06/2009
(AC/DC)

9 comentarios:

Nacho dijo...

Yo también fui uno de los afortunados que pudieron ver a Dios con su Gibson SG al hombro. Dejando su increíble técnica a un lado, decir que estos tipos tienen un sentido del espectáculo que provocó que más de cincuenta mil almas se emocionasen cuando pulsaba las cuerdas de su mítica guitarra.

Yo casi llego a las lágrimas, me lo pasé de puta madre y, aunque tenía ciertos reparos ya que iba mi padre, él también se rindió a la evidencia y se lo pasó como un enano.

Todo un éxito, ojalá, como dice mi amigo, vuelva Dios por España y podamos ser testigos de como su cuerpecito se bambolea al son que marca su Gibson.

laura dijo...

Sólo puedo decir que nunca he estado en un concierto igual, no se parcía a nada de lo que había visto antes, aunque Nacho y mi cuñado se rieron de mi cuando lo dije, para mi era primera división. Me alegro mucho de no habérmelos perdido.Has hecho un gran crítica!Un beso.
Laura.

Giorgio dijo...

Es cierto que son de primera división, pero no sólo por su manera de tocar, sino porque son capaces de mantener en vilo a 55.000 personas, sean o no fanáticos.
Me parece muy grande el entusiasmo que generan.

Un saludo, y me alegro haya gustado la crítica (sobre todo porque es la primera que hago fuera de mi feudo)

Sergio dijo...

Bueno, parece que todos disfrutasteis a lo grande. A mi, os digo la verdad, no me atrae demasiado la banda australiana, aunque es cierto que conocen perfectamente el lenguaje del rock. Pienso lo mismo que con los Stones : hay que saber envejer con dignidad. No digo que dejen de hacer rock puesto que entiendo que es algo natural en ellos pero por dios un poco de búsqueda y de experimentación no les vendría mal. Segun me cuentan llevan clavando el mismo concierto 20 años,¡con la misma ropa incluso! por ello para mi jamás formarán parte de la "primera división".
Con todo esto, seguro que me lo hubiese pasado pirata en el concierto. Ay amigos... que dura es la vida de un hombre contradictorio.
Gran crónica en tú debut fuera de las camaras Giorgio. Esperamos que sea la primera de muchas.
Nos vemos pronto.

Nacho dijo...

Siempre tiene que haber una voz discordante... o quizás envidiosa ya que no pudo asistir al evento.
¿Quién sabe?

Abrazos.

Giorgio dijo...

Bueno, a mi me gusta que alguien discrepe. Tampoco le falta razón, hay algunas cosas que son ciertas, pero son análogas a casi todos los grupos, por ejemplo lo del mismo concierto.

Donde más discrepo es en la novedad del estilo. Creo que AC/DC son AC/DC porque son fieles a ellos mismos. No les veo experimentando introduciendo, queé se o, un DJ, o algo así.
Joder, son los AC/DC, no Carlos Jean.


PD: Queda patente que no sólo quería haber asistido al concierto, sino que se lo hubiera pasado teta.


Un abrazo a todos.

Sergio dijo...

Asi es amigos, siento profundamente no haber estado a vuestro lado rugiendo.
La próxima vez no fallaré.

Saludosss

laura dijo...

Ah, por fin sale la verdad sale a la luz!

salsa kabron dijo...

¡¡¡¡QUE ENVIDIA DIOSSSS!!!!!!
¡¡PUTITOS!!