THE GIRLFRIEND EXPERIENCE: Sobre la línea incómoda del sexo de lujo

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Diez mil dólares. Una noche. Exclusiva. Únicamente para aquellos que necesitan compañía. Para los que pueden pagarlo. No sólo sexo, quizá algo más. Sin duda algo más. Es lo contrario a la soledad. Pagar por encontrar que escuchen la agonía del que vive solo, rodeado de personas y dinero, ambos manchados del negro color que destiñen los billetes.
Muchos otros buscan el placer del sexo dominado, carente de prejuicios, absurdo en amor aunque embriagado de poder y dominio constantes, de una situación que ha sido diseñada para el pagador. Otros tan sólo deciden abrazar para ser abrazados, constreñidos ambos cuerpos, semidesnudos, una unión física, porque las almas no están ubicadas en el mismo lugar. Cada una desprendida, ruega por cubrir su necesidad.

De manera general The girlfriend experience describe la vida de una pareja, joven, atractiva, llena de actividad, habitando juntos como novios en un piso de New York, amplio, materialmente construido a golpe de billete. De los dos, el dinero fluye en masa, confluye para facilitar el consumo diario de vitalidad manifiesta. Tan sólo eso, virtual, quizás porque la vida es mucho más.
Él obtiene dos mil dólares a la hora. Se llama Chris, y es entrenador personal. También transita por otros negocios. Su novia Chelsea es "scort", acompañante de lujo, prostituta exclusiva que selecciona cuidadosamente a sus clientes para dotarles de una noche única, silenciosamente sexual.
El uno y la otra acuerdan la situación, la normalizan en perfecta armonía, buscando la complicidad entre los continuos giros que acompañan su vida.

La narración sigue un estilo propio de un diario, de una confesión, hacia el periodista que desea escribir un artículo sobre la vida de una de estas profesionales, de la de Chelsea; hacia su amiga, que no entiende lo que hace, pero que la escucha y atiende, y no es poco; suficiente para ella.
La cámara se encuentra casi siempre alejada, ocultada detrás de alguien o algo, presentando un tipo de realización muy simbólica en relación al oscurantismo del contenido de la película. La carencia de planos subjetivos y cercanos, provoca en el espectador la sensación solitaria que la protagonista sufre, extrapolando dicho abandono al resto de los personajes, incluso a la propia ciudad de New York.
Todos los aspectos técnicos se mezclan y aúnan para significar la distancia que produce un tipo de persona cuya profesión debe ocultarse ante el resto de la sociedad. No hay tiempo para la desdicha, siempre radiante, bella, excitante fémina que facilita comprensión y deseo para con sus clientes masculinos. Por eso la fotografía no deja ver con facilidad los espacios en los que transcurre el film, ni la textura y las formas de los rostros de los personajes; el montaje destroza cada cambio de plano, con un ritmo externo que evoca velocidad y distancia.
De nuevo distancia y silencio, que acude en numerosos momentos, aquellos en los que emerge la protagonista acompañando, o cuando simplemente se mueve, siempre sola, de un lado a otro.

El movimiento siempre transcurre durante todo el metraje, corto este último, suficiente para describir lo que acontece; como la vida de la protagonista, de los personajes, de la ciudad, el movimiento surge de manera espontánea respetando la cadencia y el ritmo de los hechos, de la narración, al servicio de aquéllos y serpenteando por los entresijos del film.

Steven Soderbergh descubre los recónditos misterios de una profesión maltratada y repudiada, pero que responde a las necesidades inéditas de los problemas humanos, de los hombres en particular. Una ciudad que reprime las vidas de estas mujeres, experiencias incómodas sobre las que se asientan los espíritus de algunos de los hombres más ricos del planeta.
Quizá algún día deberíamos mostrarles un poco de agradecimiento, olvidando por un momento la indiferencia que creamos alrededor de ellas.


Giorgio
23/09/2009



Fuente: Youtube

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El primer párrafo del artículo es magnífico. La temática del film parece interesante. Poco más puedo añadir, ya está todo muy bien diseccionado.

Un abrazo.

Melmoth.

Nacho dijo...

Parece una película interesante por el planteamiento que presentas, además, tiene el aliciente de transcurrir en New York, ciudad con la que ahora mismo estoy flipado.

Abrazos.