EL ASESINATO DE JESSE JAMES POR EL COBARDE DE ROBERT FORD: El oeste del siglo XXI

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"No lo entiendo..., ¿quieres ser como yo?,...o ¿quieres ser yo?" Jesse James a Robert Ford.

Apenas permaneció en cartel dos semanas en los cines que están bajo mi casa, en la llamada manzana del cine, o así la titularon en Navidad los funcionarios del ayuntamiento, a cuya inauguración, acudió a la cabeza de esta comitiva el ilustrísimo alcalde. Es Madrid, en algo se tenían que hacer notar.

Asistí impertérrito al inicio del film, condicionado por los antecedentes del personaje que se narraba, y por los vericuetos a través de los cuales la película se desarrolló; acabada en 2006 por Andrew Dominik, autor de la aclamada Chopper, estrenada en 2007, por fin pude verla una mañana de domingo del 2008. A las doce de la mañana de un domingo cualquiera presencié una obra mayor. Solo. Como mejor se aprecia el buen güisqui o el buen café.
El inicio es una sacudida lenta de imágenes que van introduciéndote levemente en el entorno, acompasada por la voz de una narrador omnisciente, que acompaña, que cuenta al oído el principio de una historia de ladrones, de atracadores de locomotoras; como en las películas antiguas, como en los cuentos infantiles.
Habla de un tal Jesse James, del ladrón de trenes, del asaltante más famoso de Estados Unidos durante los últimos suspiros de siglo XIX; habla de un hombre sin nombre, sin tierra, derrotado tras ser escupido de una guerra entre americanos, entre patriotas del norte y del sur.
Un comienzo así, que continua en el tiempo acercándonos la figura del hombre, su entorno, aquellos por los que se rodeaba, los mismos que le temían e idolatraban, tanto como su familia, tanto como su hermano.
De ellos un pequeño chaval, menudo en su físico, más fuerte de mente, se acerca a su ídolo, a la figura que tantas veces ha leído en sus tebeos; hazañas contadas de un bandido, un hombre que no es hombre en realidad; tan sólo es una figura que se representa así mismo.
Ese chico se llama Robert Ford, el pequeño de los hermanos Ford, el más débil de ellos, el insignificante Boby, aquel que sólo habla de hazañas, de robos, de asaltos; aquel que venera a Jesse.

Cuando la narración se dilata tanto en el tiempo, lo que deriva en un alto metraje, siempre se ha de suponer que aquélla lleva un ritmo lento; a veces largo no significa lento, sobre todo en cine, cuando la historia requiere un tempo adecuado para cada momento.
A todo ello contribuye la excelente banda sonora, conformada por los chicos Nick Cave y Warren Ellis, todo un universo musical, que en todo momento transmite la serenidad, la calma, aunque aderezadas de un desasosiego, de una tensa quietud, que provoca una actitud física nerviosa.
Se refleja en la butaca, sobre la que absorto observaba cada minuto del film.
La puesta en escena está llena de detalles, de ambiente, dibujados con luz, de la mano de uno de los mejores directores de fotografía del momento: Roger Deakins; el amigo Rogelio perfila cada plano, cada momento de acción y detención, dotándolos de un tono de color amarillo, moviéndose en azules invernales, otorgando valor a la noche, y los grandes planos generales, donde las siluetas de los jinetes, se presienten en el horizonte de éstos.
Rodada en scope, formato panorámico por excelencia, y más cuando hablamos del género western, la horizontalidad de cada toma, lo amplio de éstas, permiten unas composiciones muy grandes, con varios planos de acción integrados en un mismo espacio; se trata de componer a lo largo, desechando el ancho, para alargar los brazos lo máximo posible hasta alcanzar la diagonal del formato.

No se puede adaptar mejor la novela de Ron Hansen; tampoco se puede rodar mejor un western hoy, no lo sé mañana, pero desde luego que la película da una lección de rodaje, de película de grandes dimensiones en todos los sentidos.
Y por último Jesse James y Robert Ford, o lo que es lo mismo Brad Pitt y Casey Affleck, dos talentos de la pantalla; cuando entran en escena rodeados de secundarios veraces, que potencian el ambiente de la acción, el espectador brilla con su mirada, con su doble mirada.
La de James hacia sí mismo, hacia su interior; la de Ford hacia James, hacia su futuro quizás.

Giorgio
25/03/2009



Fuente: Youtube

3 comentarios:

Nacho dijo...

Gran artículo, como de costumbre. En cuanto a la peli, que me pareció magnifica, tengo que decir que me acerqué a ella con la garantía que suponía para mí el anterior título de este director: Chopper.

Tanto el tempo, la foto, como la música que destacas en el escrito nos trasladan al lejano oeste, pero es un ambiente mucho más real y crudo que los que el género nos tiene habituados.

Por otro lado, todo el plantel de actores está soberbio, algo a lo que el señor Pitt nos tiene habituados desde hace unos años.

Creo que va siendo hora de volver a revivir este film. Gracias por recordármelo.

Abrazos.

Osquitar dijo...

Te agradezco que con tu artículo me hayas devuelto la ilusión por ver esta película que mis prejuicios hacia el señor Pitt(como lo llama mi amigo de la tortuga,es un cachondo jejeje)y el miedo a otro gol frente a la gran pantalla me arrebataron.Que pena que al final ni fuera a verla al cine ni me la alquilara. Pero tranquilo que mi mula ya cabalga en busqueda del amigo Rogelio y compañia para enmendar ese error. Un abrazo

Giorgio dijo...

Me llena de alegría poder compartir esta película con ustedes. Me gusta que les ayude a decidirse para verla en el caso de s.k y que le traiga buenos recuerdos al amigo n.

En fin, espero verles pronto, amigos.

Un abrazo fuerte.