WONG KAR-WAI: Preciosismo visual, luz y color al servicio de la narración
Si no existiera Wong Kar-Wai, habría que inventarlo. No sólo por lo que hace, por lo que ofrece, sino porque con ello, contribuye al cambio; contribuye a modificar las conductas estéticas del cine actual; su influencia en sus coetáneos es de tal calibre, que se ha de considerar como una de las figuras más excéntricas y virtuosas del universo cinematográfico de hoy y de mañana.
Su cine se articula entorno a narraciones intensas, potenciadas por una puesta en escena rica en detalles, en colores, que trabajan en armonía para con todo lo que se está narrando. Sus imágenes experimentan deseos, contrastan sentimientos, divagan por los lugares más sombríos del cerebro humano; situaciones implacables que te inquietan, que se manifiestan de muchas formas.
Siempre acoge los sentimientos humanos, los desgrana, y los expulsa hacia fuera, impactando en el espacio, ayudándose del color, del ambiente, de la música.
Luz, color y música; tres ingredientes imprescindibles, por su tratamiento y dimensión que alcanzan, en el cine de Wong Kar-Wai.
La luz, como elemento esencial y creador de ambientes, su ausencia, su elección, fruto de la maestría de los directores de fotografía con los que trabaja, permiten ver, observar, aquello que desea, aquello a lo que hay que prestar atención. No sólo por exceso, sino también por defecto, en tanto en cuanto las sombras forman parte del ambiente, crean tridimensionalidad, sicológicamente crean nerviosismo, expectación, interés por aquello que el ojo tan sólo es capaz de discernir alguna forma, algún rasgo tal vez.
En este ambiente, el color contribuye de manera sutil, pero esencial, a crear la atmósfera adecuada, otorgándonos cierto valor visual, aportando un contenido espiritual, que accede al alma, a sus operaciones, a sus facultades; el tratamiento del color es sugerente y primordial, destapando el tarro de las esencias, embriagando nuestros ojos, nuestro espíritu, de tonos rojizos, naranjas, mezclas de azules; siempre bien utilizados, siempre llenando el ambiente, el aire, para introducirnos en su universo.
Por obvio que parezca, dentro de este mundo audiovisual, no siempre se le otorga especial importancia, al menos la mitad, como constituyente del medio en el que nos encontramos, al universo sonoro. Wong Kar-Wai, utiliza la música, su armonía, como desencadenante de situaciones que acompañan la narración fílmica. Pocos usan la música para expresar tanto, pocos empatizan musicalmente con la atmósfera visual; todo suma, todo ayuda a poner en marcha la narración, a poner en marcha la historia. Por supuesto, la música no podía ser menos.
De todo ello, se destaca quizás una película por encima de todas las demás; una sola que resume el contenido del universo Kar-Wai, y que descubre todo lo bueno que hay en su interior.
Mi referida es In the Mood for love, una oda al amor, un desengaño amoroso, todo mezclado, todo agitado, buscando con desesperación una salida de donde no se puede escapar.
Las metáforas visuales, el uso de éstas, se suceden, te engañan, te acompañan, te descubren el sufrimiento, el amor. Es sin duda un canto, una poema visual, que como muchos otros, esconden entre sus versos, los recovecos más ocultos de nuestra alma.
No quiero dejar de hacer referencia al menos a dos de sus películas, además de la ya comentada: Chungking Express y 2046. No tengo necesidad de pedir reclamo por este autor; tan sólo deseo que puedan disfrutar de Wong Kar-Wai, tanto como yo lo hago. Todo lo demás, está en la pantalla.
Giorgio (con retraso)
11/03/2009
Fuente: Youtube
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2 comentarios:
Muy sugerente, tanto el artículo (como es habitual), como el trailer que has colgado.
Me quedo con el titular: Luz, color, música.
Habrá que visitar a este autor, ya me pasarás algo de tu videoteca.
Abrazos.
Bueno, motiva pensar que Wong Kar-Wai despierta interés. De veras que conmueve.
Mañana vuelvo con otra perla, que espero vayáis a ver al cine.
Así es Laura, de toda la serie que disparé, es la fotografía que más reacciones provoca. Al menos, a mí es la que más me llama la atención.
Besos a todos,
También para los que leen, y no escriben
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